Poesía, música y sexismo



"Siempre he sido feminista. Esto significa que me opongo a la discriminación de las mujeres, a todas las formas de desigualdad basadas en el género, pero también significa que reclamo una política que tome en cuenta las restricciones impuestas por el género en el desarrollo humano". Judith Butler

“Mi gran tragedia es haber nacido mujer”, escribió alguna vez -y lo manifestó muchas otras- Victoria Lucas o lo que es lo mismo Sylvia Plath (1932-1963), la turbada escritora estadounidense autora de “La campana de cristal” (1963) y poemas imposibles como “Lady Lazarus”, que solo llegan al papel con tinta suicida. Ser hombre para ser libre, fue su angustiosa quimera y la de otras brillantes mujeres que, en distintas épocas, desafiaron con tozudez a una sociedad machista, la suya, al pretender imponerles el más sofocante de los corsés: vivir una vida opuesta a la que se desea, ser quien no se quiere, comportarse equivocadamente como lo que no se es. Estar, permanecer, transcurrir sin realmente existir, dejando pasar las horas hasta mudar en algo parecido a un árbol de otoño, seco y vacío. Sin duda un escenario para salir corriendo.

En la historia de la humanidad cada campo del saber ha sido, sí eso, pero también el terreno donde se desarrolla una batalla que parece infinita, que a veces se gana y a veces no, que deja víctimas en ambos costados y al mundo dolorosas, pero precisas lecciones. Es la lucha de la mujer por lograr el autoreconocimiento y, solo después, condiciones de equidad en el entorno familiar, laboral, afectivo y social. Sylvia Plath guerreó con estética y osadía por medio de la palabra, no le bastó, quería ser perfecta, insuperable y se consumió en el esfuerzo. Su tierna vida terminó donde comienzan las mejores conversaciones, en la cocina. “Me disgusta ser una chica porque como tal he de comprender que no puedo ser hombre. En otras palabras, tengo que canalizar mis energías en la dirección y la fuerza de mi compañero. Mi único acto libre es elegir o rechazar a ese compañero”, anotó en su diario.


No en todos los casos una biografía concluye en tragedia. Contemporánea de Plath y nacida en Reino Unido, Ann Delia Derbyshire (1937-2001), fue una matemática que tiempo después se convirtió en pionera de la música concreta o acusmática, una maravillosa escultora del sonido que experimentó con él y realizó diversos trabajos para radio, cine, teatro y televisión, uno de ellos y el más conocido, el tema de inicio de la serie británica Dr. Who. Delia tocaba el violín, el piano y un poco el contrabajo, y poseía las competencias de quien estudia una ciencia exacta. Sin embargo, eso no fue suficiente para Decca Records, la casa productora que en 1959 rechazó su solicitud de empleo por ser mujer. Un año más tarde se incorporó al Taller Radiofónico de la BBC, lugar donde desempeñó el cargo de Asistente de Gerente de Estudio por más de una década y su oído -acucioso, matemáticamente perceptivo- fue clave para acertar a la música que acompañaría las letras de los novelistas y dramaturgos del momento, como Samuel Beckett.

Delia no lo hizo sola, Daphne Oram y Magdalena Fagandini fueron sus cómplices de correrías en la pertinaz y milimétrica búsqueda de nuevos sonidos que constituyeron un punto de inflexión en el horizonte musical, muy a pesar de la BBC que consideraba inimaginable presentar tales extravagancias a su tradicional audiencia. Como Sylvia, esta precursora del objeto sonoro también se valió de un pseudónimo para dar a conocer sus descontextualizadas composiciones; paradójicamente, quien tanto amaba jugar con la complejidad y soberanía de las vibraciones propagándose en el aire, una auténtica hacedora -o científica si se prefiere- del sonido, tuvo que permanecer en silencio y desentendida del éxito hasta principios de este siglo, cuando sus aportes fueron revalorizados por otra mujer, Kara Blake, realizadora del documental “The Delian Mode” (2009). 

© G. Serrano.
Narraciones como esta, mezcla de talento, feminismo y determinación, continuamente se relevan unas a otras. Son como corrientes de agua imparables, como afluentes que van cambiando de nombre hasta que su desembocadura alcanza el mar. Delia fue un río cuyo caudal contribuyó al surgimiento de otros, al de Birgit Ulher (1961), la artista visual originaria de Núrenberg, en Alemania, que de niña tocaba la guitarra y en 1982 comenzó a incursionar en la improvisación y experimentación musical a través del Jazz y con la trompeta. Una pintora abstracta que, semejante a Delia, amplificó las posibilidades sonoras de su instrumento haciendo uso de muy diversas e innovadoras técnicas. Así fue que cambió los pinceles por el metal y la paleta de colores por una miscelánea de accesorios que incluyen sordinas, láminas, botes, cables, grabaciones y divisores de sonido con los que ahora viaja por Europa, Estados Unidos y Sudamérica ofreciendo peculiares conciertos, además de organizar, en Hamburgo, el Real Time Music Meeting, festival anual de música contemporánea e improvisada.

Con mirada y sonrisa de Gioconda, Birgit es una introvertida trompetista que admira a Bill Dixon (Estados Unidos, 1925-2010), también pintor, trompetista, teórico y promotor del Free Jazz en aquellos tiempos cuando los jóvenes proclamaban el amor libre, rechazaban enfrentamientos bélicos como el de Vietnam y dormían arremolinados -y desnudos- sobre la playa. Desenvolviéndose en una atmósfera tan cosmopolita como la de Berlín, no es casual que esta descendiente de teutones escuche Funk, Soul, música tradicional de África, Japón e Irlanda, contemporánea y Hip hop. “La música por sí misma” es lo que disfruta y quiere que el público también haga, en especial el de México, país que visita por primera ocasión, presentándose de manera independiente y a lado de conocidos intérpretes del género con los que conforma ensambles, siempre repentizados, abiertos e intuitivos, como sus creaciones. Antes de partir rumbo a Bremen, su trompeta resonará en la Ciudad de México, Oaxaca e Hidalgo.

En ocasiones asumirse mujer deviene en estallidos de angustia y frustración, en “sueños verdes que nada valen”, como los pensaba Sylvia Plath. En ocasiones, por el contrario, los estallidos son de lucidez, como su poesía: “Cierro los ojos y el mundo muere; / levanto los párpados y nace todo nuevamente. / (Creo que te inventé en mi mente)”. Para Delia Derbyshire su condición de “segundo sexo” significó un triple empeño: el de la estudiosa de las matemáticas, el de la compositora que superpuso y combinó sonidos, y el de la mujer que se atrevió a revolucionar la estructura convencional de la música. Birgit Ulher es, en simultáneo, un heraldo que expresa libertad y una digna beneficiaría de viejas contiendas que se evocan, por ejemplo cada 27 de octubre, fecha en que nació la poeta confesional de Boston, o cualquier día cuando uno tropieza en Internet con la fotografía de Delia, o aquí mismo, en estas líneas.

El músico argentino Daniel Baremboim afirma que la música sirve para algo más que olvidarse de los problemas cotidianos. Leyendo textos como el extraordinario Diario de Jules Renard, uno se da cuenta que las palabras tienen una capacidad de diálogo que va más allá del hecho enunciado; es decir, del nacimiento de Sylvia Plath o de la llegada a México de Birgit Ulher. Las palabras, la música, son herramientas que acogen toda la contradicción del ser humano y la transforman en memoria necesaria, discernimiento profundo, conexiones sutiles, tranquilidad inigualable o motivo inspirador. Sylvia, Delia y Birgit, son todo eso. También tres retratos de la belleza de lo femenino y de la crueldad que encierra el sexismo. Tres intensas pulsaciones tomadas del ilimitado espectro de la comunicación y tres temperamentos diferentes que, juntos, nos ofrecen el gran pretexto para escucharnos en la música o leernos en la poesía.

Birgit Ulher se presenta en:
1-11-2015
Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca
Oaxaca, México

Juan García, Nahu Rodríguez, Gabriela León, Santiago Astaburuaga,
Carlos Baz, Gudinni Cortina, Rolando Hernández y Birgit Ulher

2-11-2015
El Huacal, Oaxaca, Calle Genaro Vázquez 6
Oaxaca, México
Juan García, Nahu Rodríguez, Gabriela León, Santiago Astaburuaga,
Carlos Baz, Gudinni Cortina, Rolando Hernández y Birgit Ulher

4-11-2015
Tonalàtonal, Auditorium Goethe Institut México

Tonalá 43, Colonia Roma, Ciudad de México

Birgit Ulher, Michael Maierhof y Christoph Schiller

6-11-2015
Workshop @ Anáhuac 33

Ciudad de México
Birgit Ulher

8-11-2015
Fundación FRONDA en el Parque Hidalgo

Hidalgo No. 158, México
Birgit Ulher

Artículo publicado originalmente en Homozapping el 29 de octubre de 2015.

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