Sus voces
Marcel Marceau (1923) © Marc Riboud (Fuente: @inthemoodfortw) |
“Gran parte de la obligación de los periodistas es
enseñar a ver.
Hay que buscar lo que no está viendo la gente”
Alma Guillermoprieto
Las noticias no salen de las
mentes brillantes y cultivadas de los periodistas. Tampoco se extraen de las redes
sociales o de Wikipedia. Las pequeñas, las de los márgenes y las grandes
historias, todas están afuera, en las calles, aguardando con asombrosa
paciencia que el cronista intensifique sus cinco sentidos y las perciba en el
momento clave para después narrarlas. Hace unos días platiqué con Úrsula, una joven
agradable y sensible, con el temperamento suficiente para impartir talleres de
teatro infantil en comunidades a las que «nadie
quiere ir». Antes de vivir en Yucatán, el hogar de Úrsula estaba en
Coahuila, hasta que dejó ser ese lugar seguro y confortable al que uno desesperadamente
anhela regresar cuando sale del trabajo.
También conversé con Álvaro,
un actor profesional que por medio siglo se ha dedicado a lo único que sabe
hacer de manera extraordinaria: pararse orgulloso a la vez que humilde frente a
un escenario. Álvaro además es mimo, en su juventud estudió pantomima con Marcel
Marceau, el creador de »Bip« -y como
él- aprendió el sutil arte de mostrar a los espectadores lo que en ocasiones parece
invisible a sus ojos. «Quienes nos
gobiernan se creen emperadores y piensan que nosotros somos los súbditos, que
estamos obligados a mantenerlos. Y regresamos al tema de la cultura: Brasil,
Ecuador, Argentina, Chile… han invertido en cultura, nosotros no. En
comparación con Centro y Sudamérica, México es el país que menos asiste al
teatro, prácticamente estamos hablando de todo un continente». Esto fue una
mínima parte de lo que comentó durante la amena y explosiva charla que sostuvimos.
Maribel es otra de las voces
tristes que se expresan al estilo del escritor Juan Goytisolo, »a la llana y
sin rodeos«. Ella es directora de cine y guionista: »Llegué a México hace 47 años. Nací en Guatemala pero me eduqué en
Ecuador, me crie en Sudamérica y cuando llegué a México, este país era como el
hermano mayor de América Latina, era un país visto -por quienes llegábamos de
fuera- como una verdadera maravilla, muy querido y respetado. El México que
ahora veo ni siquiera es el hermano menor, porque ya no nos tienen ese aprecio
y cariño. Estamos en una situación que no sé a dónde nos va a llevar y cómo
vamos a salir de ella.
(…) La principal diferencia que veo entre México y otros países de
América Latina es que, a pesar de que han sido muy golpeados por distintas
guerras, son pueblos contestatarios. La población indígena en Bolivia tiene un
peso fuertísimo, igual que en Ecuador. En cambio México, está tan cerca de
Estados Unidos que es un país adormecido; suben la gasolina y todo el mundo
corre a llenar el tanque del coche, no hay una respuesta de resistencia. Es
impresionante, en otros países la población obliga a los corruptos a salir del
gobierno y aquí no pasa nada. Para mí, México es un país kafkiano, me quedo
atónita ante la falta de respuesta, como si tuviéramos el cerebro dormido, no
hay una reacción de indignación«.
Y escuché a Gabriel. Originario
de Tamaulipas, uno de los estados de la República Mexicana en el que los actos
delictivos y la violencia no se detienen, este introvertido artista plástico
trabaja las técnicas de pintura intuitiva (reflexiva), »action painting«
(pintura de acción) y dibujo automático, aquel ausente de un proyecto y que es
guiado por los impulsos del momento:
© Gabriel Santiago, artista
plástico
|
Retazos de la realidad circundante, fotogramas,
retratos frontales. Úrsula, Álvaro, Maribel y Gabriel, son cuatro talentos
mexicanos que, como otros tantos, no hacen lo que quieren sino lo que pueden.
Cuatro fugaces pero lúcidos y honestos documentales que a través de un poderoso
zoom in, centran la mirada en el
rostro actual de nuestro país y atrapan este momento histórico que quizás nunca
imaginamos vivir. Cuatro inflamables posibilidades de reflexión, ciudadanos que
arden con facilidad y que se niegan a ejecutar la incomprensible danza de la
complacencia en la que nos hemos vuelto expertos.
A propósito de Goytisolo, quien el pasado 23 de
abril recibió en el salón de actos de la Universidad de Alcalá de
Henares el Premio Cervantes de Literatura 2014, en su discurso de recepción del
máximo reconocimiento de las letras en español, aprovechó para decir: »El panorama a nuestro alcance es sombrío.
(…) Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas
sin traicionarse a sí mismo. No se trata de poner la pluma al servicio de una
causa, por justa que sea, sino de introducir el fermento contestatario de esta
en el ámbito de la escritura«.
Como la poeta Idea Vilariño, escribo, pienso, leo
los periódicos, escribo, escribo. Luego me repito: «Como un carbón encendido»… y como Goytisolo, tampoco puedo
ignorarlas [sus voces] y sencillamente
pasar la pelota a otras manos.
«Como un carbón encendido». Sigo pensando en eso.
"Como un carbón encendido" Muy buena forma de expresar el nacimiento del fuego de un mineral enano, tosco y oscuro. Pero en realidad es eso. Hacer que la realidad oscura, de este sombrio comienzo de siglo, sea un arcoiris de colores vivos. Saludos.
ResponderEliminarHagámoslo Franklin, gracias por la lectura. ¡Saludos!
EliminarPara luego se hace tarde Gloria. Es bueno saber que queda esa esperanza en los sectores del arte, no un arte por consumo y estetica, sino un arte comprometido y resistente.
Eliminar¿Qué cosa en la vida vale si no se hace con pasión y compromiso? Espero nos sigamos leyendo.
EliminarSiempre hay algo de ironía en la realidad y sobre todo en cómo la describimos cuando existe una percepción distinta al común denominador de la sociedad; ¿kafkiana? Sí, definitivamente, aunque no existe una definición que pueda concretar el ensamble de la sociedad mexicana, somos mucho y hacemos poco, llegando incluso a la ignorancia supina...
ResponderEliminarGracias por la lectura César. Este espacio es precisamente para eso, para hacer más grande la reflexión colectiva con los aportes de todos. Saludos
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