Desmitificando el ajedrez

Entrevista con Hiquíngari Carranza, presidente ejecutivo de la Fundación Kaspárov de Ajedrez para Iberoamérica.





“La belleza de un movimiento no se refleja sólo en su apariencia, sino en el pensamiento detrás de él”, 
Dr. S. Tarrasch

Quizás no lo sepan, pero en México, además del español, se hablan 68 lenguas indígenas. Una de ellas es el purépecha, tarasco o michoacano, la lengua del pueblo del mismo nombre que habita la región centro occidente del país. De ahí fueron originarios dos personajes claves en nuestra historia: José María Morelos y Pavón — el sacerdote, el insurgente, el Ciervo de la Nación que protagonizó la Guerra de Independencia — y el general Lázaro Cárdenas del Río, —a quien se le recuerda por haber brindado asilo a los españoles en tiempos de la Guerra Civil Española.

Hiquíngari es una palabra en purépecha y el nombre del presidente ejecutivo de la Fundación Kaspárov de Ajedrez para Iberoamérica, de nacionalidad mexicana, quien estuvo de visita en España para promover el juego de mesa que fascinó a Marcel Duchamp y a otros tantos artistas de la vanguardia del siglo XX. En entrevista, Hiquíngari Carranza nos habla de los orígenes de esta fundación creada en 2002 —inicialmente en Nueva York— por el político y escritor ruso Garri Kaspárov, campeón de ajedrez en su país a los doce años y el más joven de la historia a nivel mundial, a los veintidós. Un defensor de los derechos humanos que apoyó las reformas políticas implementadas por Boris Yeltsin en la Unión Soviética, que publica en The Wall Street Journal, interesado en la robótica y en la inteligencia artificial. El más recio contrincante de Deep Blue, la supercomputadora desarrollada por IBM.

¿Cuándo surge la Fundación Kaspárov para Iberoamérica?

Hiquíngari: nace en México en 2014, hacemos el lanzamiento con la presencia de Garri Kaspárov, su fundador y uno de los jugadores más emblemáticos de todos los tiempos que en 2005 se retira del ajedrez competitivo y se dedica a promoverlo no como deporte, sino como elemento que de manera transversal toca otros ámbitos, en especial el educativo. Utilizado como herramienta pedagógica o didáctica, el ajedrez dota de fortalezas emocionales y cognitivas a los estudiantes. La fundación también tiene presencia en Asia y África. La idea es generar formadores que después trabajen con niños, jóvenes y otros colectivos.

Es más que un juego de mesa…

— Por supuesto, el ajedrez también tiene que ver con la parte social, es una actividad a la que se recurre para trabajar con presos, personas con problemas de aislamiento, refugiados, adultos mayores, niños con autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

¿Cómo ha sido el trabajo de la fundación en sus primeros años de vida?

— Actualmente contamos con 12 mil formadores, algunos enseñan fuera de las aulas, trabajan con sus vecinos o visitan las cárceles. En el camino hemos coincidido con diversas organizaciones que utilizan el ajedrez como alternativa social o educativa haciendo una sinergia muy interesante. Ya estuvimos en Panamá, el año pasado vinimos a España y ahora, en 2017, visitaremos 15 ciudades para ofrecer un seminario de dos días de duración, cuatro horas diarias con cinco ponentes que hablan de su experiencia. El modelo de formación que impulsamos tiene dos ejes fundamentales: uno es el seminario internacional presencial, en el que participa la asociación española Ajedrez Sin Fronteras (AsF) y demás especialistas; el otro es la enseñanza del ajedrez a través de una plataforma vía internet que brinda 220 horas de formación.

AsF es una entidad no lucrativa que promueve el arte-ciencia del ajedrez. Su objetivo —nos dice su fundador, Álvaro van den Brule, también presente en esta conversación—  es “tender puentes y unir, además de crear un escenario de relaciones viables en aquellos lugares especialmente castigados por la desgracia y el infortunio, tales como campamentos de refugiados, cárceles, orfanatos, etc.”.

Además de AsF, ¿quiénes son los especialistas?

— Son personas que en distintos espacios aplican el ajedrez en la educación y cuentan con amplia trayectoria. Los principales especialistas en ajedrez educativo están en España, Argentina, Uruguay y Colombia, países en los que ha habido un gobierno sensible para impulsar el tema.

¿Quiénes asisten al seminario?

— Nos interesa mucho que no solo asistan docentes, sino trabajadores de la sociedad que tienen relación con comunidades vulnerables —o vulneradas— como son niños de la calle, adultos mayores, personas con discapacidades, desempleados. Y en el caso de AsF, con gente que experimenta la pesadilla tremenda de exiliarse de su patria para permanecer en campamentos, donde viven prácticamente asfixiados sin otra posibilidad que dar vueltas y vueltas en el mismo sitio. En este contexto, la llegada de AsF representa un remanso.

¿Y en el caso de México?

— El ajedrez llegó a México durante la conquista de América y a partir de entonces tomó relevancia, por lo general en el ámbito competitivo o deportivo. No es sino hasta años recientes que se considera una herramienta pedagógica. Después de su entrada, el ajedrez se coloca principalmente al área urbana. Recordemos que nuestro país ha estado muy convulsionado, pero, a pesar de ello, el ajedrez ha sido una alternativa de ocio, un acompañante invisible. Desde 1975 existe la Federación Nacional de Ajedrez de México, A.C. (FENAMAC).

¿Cómo ha sido esta evolución?

— En 1999 convocamos a la sociedad para tratar de romper un récord Guinness en el zócalo de la Ciudad de México a fin de recuperar este espacio público. En ese momento, la izquierda tenía poco de haber sido electa para el gobierno de la ciudad con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, a quien le hablé del proyecto y lo tomó con mucho entusiasmo, aunque con ciertas reservas. Finalmente logramos que se inscribieran diez mil personas, fue un evento muy revelador y rico en cuanto a lo sucedido. Incluimos escenarios en los que se vinculó el ajedrez con otras disciplinas: cine, teatro, literatura, etc. Hubo 5000 mil personas jugando de manera simultánea y 350 mil visitantes en un solo día; incluso formamos un tablero de ajedrez gigante. 

¿Qué importancia tiene esta vinculación con el gobierno?

— La llegada de la izquierda al poder fue un cambio muy importante para la ciudad porque se convirtió en un bastión de la democracia, de la discusión y de la cultura. Siempre lo ha sido, pues ahí se encuentra la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) — no olvidemos que la UNAM es la institución más rescatable de todo el país—  generadora de un movimiento cultural y social interesante, pero con un gobierno proclive a promover la democracia, la Ciudad de México tuvo un salto cualitativo en ese sentido.

El terreno fue más favorable para la promoción del ajedrez…

— Sí y surgió un interés de otros países por lo que sucedía en México. Por ejemplo, llevamos a cabo un festival en Morelia que vinculamos con el Torneo Internacional de Ajedrez “Ciudad de Linares”, en Jaén. Después realizamos dos grandes festivales en la UNAM, de diez días cada uno, con el objetivo de humanizar el ajedrez y eliminar la creencia de que es un juego para gente con capacidades especiales o superdotada. 

Hiquíngari Carranza (Fundación Kaspárov) y Alvaro van den Brule
(Ajedrez Sin Fronteras)

Una creencia que aún persiste entre la sociedad…

— En realidad, el ajedrez desarrolla la inteligencia, por eso pareciera que quien juega ajedrez es particularmente inteligente. Necesitamos desmitificarlo; es un juego muy económico que, además, funciona como un imán extraordinario para los niños que jugando aprenden valores y desarrollan habilidades únicas: concentración, memoria, resolución de problemas. Todo esto tiene su aplicación práctica en la vida, pues a diario tomamos decisiones, analizamos, pensamos. A eso te enseña el ajedrez, a pensar.

¿Es por eso que ha resultado un juego tan atrayente para creadores e intelectuales como Duchamp, Arreola o Nabokov?

— Duchamp fue un gran promotor del ajedrez, que supo vincularlo a la vida real. Es una actividad casi perfecta, como las matemáticas, con la enorme ventaja de que es un juego y una de las grandes creaciones del ser humano que le ha acompañado por siglos, capaz de sobrevivir a muchos momentos históricos en los que ha habido guerras, pestes, persecuciones. Fíjate, han desaparecido civilizaciones enteras, religiones, pero el ajedrez ha sabido reinventarse. Tiene un idioma único que todos entendemos, tanto quien vive en Samarcanda como el que vive en Ushuaia o en Alaska. Cualquiera puede entender la lengua del ajedrez.

Hiquíngari se emociona, extiende sus comentarios para hacer un poco de historia y decir que en sus inicios el ajedrez era un juego de guerra, de batalla que, como tal, así se vivía. Recuerda que durante la Edad Media las partidas podían durar días, incluso meses. Y que fue durante el Renacimiento cuando la dama sustituyó finalmente a la pieza anterior, el firzan, palabra de origen árabe.

— Hoy es el deporte que más se juega en línea, en internet. También ha servido como conejillo de indias en el desarrollo científico, para analizar el comportamiento humano. Nuestra fundación está en proceso de firmar un acuerdo con una institución científica para estudiar cómo interviene el ajedrez en el desarrollo de la inteligencia.

¿Nunca es tarde para aprender ajedrez?

— Nunca es tarde para aprender cualquier cosa. Hay adultos mayores que siguen estudiando, todo depende del espíritu de cada persona. Uno de nuestros grandes campos de acción es el trabajo con profesores jubilados, no solo para enseñarles a jugar, sino para aprovechar su experiencia en las aulas. En México, un profesor que se retira a los cincuenta años está en plenitud de fuerza y conocimientos que debemos aprovechar. También es una forma de reintegrarlos a la vida productiva.

Hablemos del ajedrez y su relación con las mujeres:

— Ha sido un campo limitado para las mujeres. No es un problema de capacidades, sino de comportamiento social. Sin embargo, hoy por hoy, la mujer está más integrada al juego del ajedrez. En la historia ha habido grandes jugadoras, pero en los últimos diez años han logrado avances importantes a nivel masivo. En la fundación trabajamos con profesoras de preescolar, en un área que llamamos de pre-ajedrez donde los pequeños no aprenden el juego, pero sí a identificar figuras geométricas.

¿Cómo percibes el ajedrez en España?

— España es, sin duda, uno de los países donde el ajedrez tiene mayor presencia. Lamentablemente, la metodología que se emplea es para aprender ajedrez deportivo. Utilizado como herramienta pedagógica es otra cosa. En la fundación no queremos campeones de ajedrez, sino niños y jóvenes con herramientas que les brinden un mejor futuro. En el caso de México la enseñanza de ajedrez está a cargo de profesores de educación física, es patético. Imagínate, son profesores que enseñan como si se tratara de un deporte, pero sin ejercitar el músculo del cerebro. Una de las razones por las que convocamos a estos seminarios es para eso, para abrir una ventana por donde la gente vea que el ajedrez toca muchísimos aspectos de la vida. Estamos a la mitad del camino, con extraordinaria retroalimentación. 

¿Se puede vivir sin saber ajedrez?

— La alfabetización ha sido básica para la evolución, pero el ser humano es una especie con enorme potencial de adaptación. Existen personas que no aprendieron a leer ni a escribir y han llegado muy lejos; quizás, si hubieran tenido la lectura y la escritura hubieran alcanzado más, pero no les hizo falta. Lo mismo pasa con el ajedrez: puedes vivir sin aprenderlo, pero si lo sabes jugar te abre un mundo extraordinario.

En la medida que se establezcan políticas públicas y se elaboren programas vinculados con el ajedrez, su enseñanza será mucho más eficiente. El ajedrez debe acompañar la formación inicial de los estudiantes. Tenemos todos elementos para demostrar que la escuela estaría mejor dotada si incorpora el ajedrez de manera formal.

¿Qué ha sido lo mejor de este lazo entre ambos países?

— Lo más rico del seminario es recibir las opiniones de la gente, que son el motor para seguir impulsando el ajedrez. La fundación tiene como territorio toda la región de Iberoamérica y poco a poco estamos estableciendo vínculos con cada zona. El año siguiente queremos recorrer Sudamérica y regresaremos en octubre a España. Recientemente, nos invitó el alcalde de San Salvador, en la República de El Salvador. También estuve en Chile y percibí interés. Cuatro regiones de Argentina están representadas en la fundación y también contamos con un representante de Uruguay. Son apenas tres años de trabajo, pero tenemos muchas posibilidades de seguir creciendo.

¿De dónde viene tu interés por el ajedrez?

— La alfabetización ha sido básica para la evolución, pero el ser humano es una especie con enorme potencial de adaptación. Existen personas que no aprendieron a leer ni a escribir y han llegado muy lejos; quizás, si hubieran tenido la lectura y la escritura hubieran alcanzado más, pero no les hizo falta. Lo mismo pasa con el ajedrez: puedes vivir sin aprenderlo, pero si lo sabes jugar te abre un mundo extraordinario.

En la medida que se establezcan políticas públicas y se elaboren programas vinculados con el ajedrez, su enseñanza será mucho más eficiente. El ajedrez debe acompañar la formación inicial de los estudiantes. Tenemos todos elementos para demostrar que la escuela estaría mejor dotada si incorpora el ajedrez de manera formal.

¿Qué ha sido lo mejor de este lazo entre ambos países?

— Lo más rico del seminario es recibir las opiniones de la gente, que son el motor para seguir impulsando el ajedrez. La fundación tiene como territorio toda la región de Iberoamérica y poco a poco estamos estableciendo vínculos con cada zona. El año siguiente queremos recorrer Sudamérica y regresaremos en octubre a España. Recientemente, nos invitó el alcalde de San Salvador, en la República de El Salvador. También estuve en Chile y percibí interés. Cuatro regiones de Argentina están representadas en la fundación y también contamos con un representante de Uruguay. Son apenas tres años de trabajo, pero tenemos muchas posibilidades de seguir creciendo.

¿De dónde viene tu interés por el ajedrez?

— En México dirijo el Centro Cultural Juglar, donde hace diecisiete años nos volcamos al ajedrez como herramienta educativa. En el año 2000 conocí a Kaspárov y el bagaje que ambos traíamos hizo del nuestro un gran encuentro. Desde entonces hemos mantenido una relación cercana en materia de ajedrez.

Más allá del ocio y del campo educativo, ¿qué papel desempeña el ajedrez en las sociedades actuales?

— Desgraciadamente, el terreno es propicio para la violencia y ante una situación extrema como la que está viviendo el mundo —y México en particular— el ajedrez tiene mayor impacto. Es doloroso que tenga más cabida en escenarios donde los protagonistas son refugiados, perseguidos, gente desempleada, enfermos que no pueden ser atendidos por el servicio público, simplemente porque no tienen los recursos o, peor aún, porque no hay voluntad del gobierno. Siempre que las sociedades entran en crisis, las actividades más loables tienen cabida y esto toca también al ajedrez.

¿Hablamos del ajedrez como uno de los posibles remedios frente a la posverdad?

—El ajedrez es un ámbito de reflexión, donde tu cabeza —y no el ordenador— es la que genera ideas. No solo es importante, es urgente porque no sabemos a dónde nos va a llevar esta carrera desenfrenada hacia el absentismo que representa estar todo el tiempo conectados. Estamos en un punto de inflexión muy delicado en el que necesitamos niños y jóvenes capaces de reflexionar y detener esta batalla que —sin ser pesimista— la tenemos muy difícil. Las fuerzas que están detrás son enormes y tienen todos los recursos frente a una sociedad tomada, enajenada, expoliada en todos sentidos.

¿El futuro es desalentador?

—Yo confío, sigo confiando en la humanidad y en su capacidad de respuesta, que espero termine por salvarnos. El ajedrez es una herramienta que puede ayudar, que pone su granito de arena para dar a los jóvenes la posibilidad de entender que el mundo se concatena —como en una partida— y lo que sucede aquí repercute en otras partes. Con AsF estamos haciendo una alianza muy importante, vamos en la misma dirección. Vivimos en sociedades urgidas de acciones y el ajedrez es una forma de incidir. Jamás hubiéramos pensado que el mundo llegaría a este nivel de deterioro que nos sorprende cada día más.

*****

En marzo de 2012, la Fundación Kaspárov consiguió la adopción del programa el Ajedrez en la Escuela por parte del Parlamento Europeo. Más recientemente, en febrero de 2015, el Parlamento español aprobó por unanimidad una Proposición No de Ley (PNL) para que el ajedrez sea incorporado en todas las escuelas españolas y para que se fomente su práctica en los espacios públicos.

Entrevista publicada originalmente en Zero Grados.

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