Sociedad, instituciones y medios al banquillo: Un debate largamente aplazado en España


© G. Serrano.

Cuando era un reportero principiante en el New York Times, en 1956, uno de los viejos reporteros me aconsejó: “Nunca use el teléfono, joven. Nunca entreviste por teléfono. Es fácil y rápido, pero se está perdiendo todo. Busque a la gente. Saque su trasero de allí, tome un taxi, el metro, un tren, y mire a la gente”. Es lo que siempre he hecho. Gay Talese

Créanlo, todavía hay gente que se reúne para reflexionar sobre la sociedad que juntos construimos. Hay un señor que se llama Ignacio Sánchez Cuenca, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, que escribió un libro titulado La desfachatez del intelectual (Catarata, 2016), en el que hace severos pero imprescindibles cuestionamientos a la vida pública en España y en particular al papel de los intelectuales. 

A partir de ahí surgió la inquietud de algunos académicos y periodistas españoles, encabezados por CTXT (@ctxt_es) y Público (@publico_es), de ampliar el debate –largamente aplazado– y convocar a un encuentro para analizar “el deterioro de los medios de comunicación y la escasa influencia de los intelectuales”. Este jueves 8 de septiembre, en punto de las 19:00 horas, asistí a dicha reunión, una afortunada provocación colectiva que tuvo como epicentro –no podía ser de otra manera– el barrio de Lavapiés, en Madrid. Participaron María Eugenia Rodríguez Palop (profesora de Filosofía del Derecho), Víctor Alonso Rocafort (politólogo), Santiago Alba Rico (filósofo y escritor), Rosa Pereda (periodista) y Miguel Mora (periodista), quien fungió como moderador.

A continuación comparto, a manera de extracto, algunos de los aspectos que se abordaron, esperando que más ciudadanos y profesionales nos sumemos a la discusión y aportemos lo que haya que aportar para contrarrestar, lo que yo llamo, la “desfachatez mediática” que vemos a diario.


© G. Serrano.


1. Se ha cometido el error de pensar que el público es un “mercado” y que los ciudadanos son “clientes”.

2. Ya no hay intelectuales que sirvan de puente entre el discurso mediático y la sociedad. 

3. La universidad ha dejado de ser un agente de cambio social. Sus estructuras de dominación se convierten luego en estructuras mentales. 

4. En las universidades se sigue ejerciendo una violencia simbólica patriarcal.

5. ¿Hay las condiciones adecuadas para generar intelectuales? El intelectual debe ser un pensador autónomo, crítico y con vocación de servicio.

6. Muchos periodistas están solo para proteger al político en turno y frenar la libertad de expresión.

7. La visión tecnócrata del mundo desdeña las humanidades, la filosofía.

8. Sin contrapoderes no hay democracia.


© G. Serrano.


9. Debemos reivindicar a la política (la palabra, el pensamiento, el logos) y ser capaces de proponer proyectos de ciudad.

10. Hay una falta de imaginación radical que le plante la cara al sistema.

11. ¿Quiénes son los actuales altavoces públicos?

12. La defensa del intelectual no implica la defensa del “experto” o de una élite privilegiada.

13. Lo digital ha sustituido al papel, sin embargo, los medios siguen concentrados en muy pocas manos. No hay pluralidad.

14. El periodismo no puede ser gratis. El buen periodismo necesita dinero y debemos pagarlo.

15. Hay un descrédito de los medios hegemónicos, pero los medios emergentes carecen de influencia.

16. Los nuevos medios deben propiciar una pluralidad real y no ser correa de transmisión de los políticos.

© G. Serrano.

Hasta aquí por lo pronto. Continuaremos hablando del tema en este y otros espacios...

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