Entre días de sol, de rap y de protesta
Entrevista
C Kan y Magic Magno © TEN |
Ya,
paren de hacer maldad
por
ser la autoridad
nos quieren controlar
nos quieren controlar
con
su abuso de poder
Somos
la juventud
no somos como tú
no somos como tú
siente
la multitud
del
pueblo
[C Kan,
Abuso de poder, ft. Gabylonia]
Dice Joan Didion que “la vida
cambia en un instante. Te sientas a comer y la vida que conocías se acaba de
repente”. La de José Luis Maldonado
no es la excepción. La suya, me dice, era como la de cualquier niño: unos
padres, hermanos, asistir al colegio, hacer los deberes, estar guardado en casa.
Menciona que su madre ni siquiera le permitía tener un perro. “Cuando mi padre
murió yo tenía doce años, entonces me mudé con mi abuela a un barrio donde todo
era totalmente diferente”. Y la vida que conocía se acabó, de repente. José
Luis llegó a una zona marginada de la ciudad de Guadalajara, en México, y es
ahí donde descubre la violencia, el narcomenudeo y la potencia del rap que
comenzará a componer más tarde, a los diecisiete años.
Para una parte de la sociedad, el
rap y el hip hop se tratan de drogas y de pandillas. José Luis piensa que es
así porque son dos géneros musicales que nacieron en los barrios bajos del
Bronx y de Harlem, en Nueva York, donde la gente la pasa mal.
̶ En México ocurre lo mismo,
los jóvenes no inventamos la violencia, es lo que vemos todos los días. Los
chamaquitos viven en la calle y sus familias batallan por sobrevivir con
salarios muy bajos. Para ellos, los tipos que venden drogas, que ganan dinero y
tienen sus camionetotas se convierten en ídolos a imitar. Por eso hay tantos
sicarios, por lo bien que paga el narcotráfico. Hasta el día de hoy, es la
realidad que a muchos nos toca vivir.
Los
que pertenecemos a esta cultura
no queremos que nos sigan viendo como basura
por eso es que le metemos fuego a la escritura
no queremos que nos sigan viendo como basura
por eso es que le metemos fuego a la escritura
por
eso salen canciones que no tienen censura
[C Kan,
Abuso de poder, ft. Gabylonia]
José Luis creció escuchando la
música de Chicano Rap y Snoop Dog; los escuchaba en el programa de televisión
de MTV porque, aunque ahora sea de lo más común, antes no existía YouTube. Y lo
hacía sin comprender sus palabras porque no hablaba inglés. Fue al escuchar el
disco de Cypress Hill con sus éxitos en español, cuando supo que también era
posible cantar de esa forma en su propio idioma.
̶ Mexicanos haciendo Rap era
como si los gringos quisieran hacer música de mariachi, pero fue mi punto de
partida para hacer hip hop. Después conocí a Vico C, a Big Boy y a otros exponentes
de Puerto Rico que consiguieron éxitos mundiales.
Entonces se convirtió en C Kan. Kan por su amor a los perros y
por su ser callejero: errabundo, sin dueño, buscándose la vida, desafiando a cualquiera
y al destino. Ahora cuenta con dieciséis álbumes y más de cincuenta videos
oficiales en VEVO. Vuelve tiene más de cien millones de
visitas. “Una locura”, me dice, afirmando que actualmente es el artista
mexicano más destacado en este género.
̶ En el Rap tenemos el lema
“Mantén lo real”. Eso no significa andar en las calles ni ser un drogadicto.
Para mí, ser real es que tu música refleje lo que eres, tal cual. La mayoría de
mi equipo es gente de Cancha 98, mi barrio en la Colonia Oblatos, y algunos
estuvieron en prisión. Eso pone mis pies sobre la tierra porque las disqueras
siempre te alagan y dicen que eres el mejor, pero tu gente habla con la verdad,
es quien te dice “esos zapatos se te ven horribles”. Y aunque ya no vivo en el
barrio, intento ser real. Todos anhelamos sacar a nuestras familias del guetto y vivir en mejores condiciones; me
siento contento de haberlo logrado, de mantener a mi madre con la música y darle
a mi hijo las cosas que ahora le puedo dar.
Me
dicen no me apasione
y que cuide lo que mencione
que me pueden arrestar por este tipo de canciones
como Aldo
como Tempo
como 2pac
porque nuestra mejor arma es una pluma y un papel
tiramos a capella
y que cuide lo que mencione
que me pueden arrestar por este tipo de canciones
como Aldo
como Tempo
como 2pac
porque nuestra mejor arma es una pluma y un papel
tiramos a capella
a
través del mundo entero
porque no existe blindaje contra el arma de un rapero
porque no existe blindaje contra el arma de un rapero
[C
Kan, Abuso de poder]
En Latinoamérica hay carencia de
todo, pero lo que sobra es gente. Eduardo Galeano dejó escrito que en esta
región “la gente se reproduce. Se hace el amor con entusiasmo y sin
preocupaciones”. C Kan viene de una familia grande, como se acostumbra todavía
en ciertas partes de México. Tiene siete hermanos, cuatro son mujeres. Todo un
matriarcado si además consideramos a su madre y a su abuela; quizás esta sea la
razón por la que al preguntarle qué piensa del machismo, responde: “quiero
llegar a la tumba sin que se diga que le falté el respeto a una mujer”. Y
aunque pertenece a una sociedad en la que se golpea e incluso asesina a las
mujeres, su padre le enseñó que “a una mujer no se le toca” porque, agrega,
“son lo más hermoso que hay en el planeta”. Y sin embargo.
Guerrero, por ejemplo, es el
estado con mayor tasa de crímenes de género en México. 12 por cada
cien mil. De acuerdo con el reciente estudio Las muertas que no se ven: el limbo de los feminicidios (MCCI,
CONNECTAS, Centro Internacional para periodistas), en el municipio de Iguala
hay un homicidio por cada siete mil mujeres. El estado de Puebla ya cuenta con
29 en lo que va del año. Y Yucatán Feminicida, una organización de la sociedad
civil, encargada de “investigar, monitorear, comunicar e incidir en políticas
públicas relacionadas a la prevención, atención, sanción y eliminación de la
violencia feminicida en ese estado”, ha reportado 57 asesinatos de mujeres
desde 2008 a la fecha, al que se sumó el de Emma Gabriela Molina Canto, apenas
el mes pasado.
apesta a chronic de la noche a la
mañana,
cada fin de semana una nena nueva en mi cama,
me llevo alguna fanática,
y le aplico de mi táctica,
a ella no le asusta que yo cargue la automática.
cada fin de semana una nena nueva en mi cama,
me llevo alguna fanática,
y le aplico de mi táctica,
a ella no le asusta que yo cargue la automática.
[C Kan, 24/7]
Nada sucede de la noche a la
mañana. La perspectiva que C Kan tiene de la vida se curtió primero en el
escenario colectivo que es el barrio, en el que se perdía deseando un mejor
refugio, entre una multitud que le llueve sobre mojado y donde solo se tiene
uno para uno mismo. Pero la música, esta vez, sonó a su favor:
̶ Crecí como persona y se refleja
en el contenido de mis letras. Cuando tuve veintitrés años y los chamaquitos de
seis o siete coreaban mis canciones, me cayó una cubetada de agua fría y me
pregunté qué les estaba diciendo, qué mensaje les quería dejar. No llegué a
estudiar el bachillerato, pero la música fue mi mejor universidad: aprendí diseño
para crear las portadas de mis discos, busqué tutoriales para componer y me
acerqué a la lectura para extender mi vocabulario y no rimar siempre con las
mismas palabras. Viajar a Estados Unidos, a Costa Rica, a Colombia y conocer
otras culturas en primera persona, me ha ayudado a tener más conocimientos para
plasmar en mis canciones.
Háblame sobre la temática de tus canciones:
̶ Muchos se preguntan qué hace
un cholo [un
mestizo]
de barrio hablando de política, pero lo hago porque nosotros, los del barrio, somos
los más afectados cuando los gobiernos deciden el precio de la gasolina, el
costo de los productos de la canasta básica o el sueldo de un obrero. Lamentablemente,
la gente no presta demasiada atención a las noticias; por si fuera poco, en mi
país hay muy pocas bibliotecas públicas y la atención está desviada a la
televisión, a los medios que siempre buscan el control. Yo le canto a la mujer
que tiene tres empleos y es madre soltera, a la que solo ve a sus hijos cuando
llega por la noche y están dormidos. Me gusta componer de estos temas.
¿El rap muestra una realidad o puede cambiarla?
̶ Es claro que la música ayuda.
En una de mis canciones digo: “los niños de hoy siguiendo nuestro barco, mañana
admirarán a un rapero y no a un narco”. Estoy orgulloso de que los niños asistan
a mis conciertos y admiren a los raperos. En México existe una escena importante
del rap, quizás haya alrededor de treinta raperos que viven de la música y hacen
giras en lugar de estar en la calle. Y a nuestros seguidores ̶ que para mí son mis “compas” ̶ les damos ejemplo de que sí se puede. Incluso,
algunos raperos ofrecen talleres de música para niños.
¿Cómo llegaste hasta aquí?
̶ Gracias a Internet no tienes
que esperar por una disquera que te haga la carrera. Con las plataformas
digitales puedes grabar las canciones en tu propia casa, subirlas a YouTube y hacerlas
virales. Así me sucedió: un día tomé una cámara, hice un video en mi barrio y
cuando apareció en YouTube tuvo un millón de visitas, que en aquel entonces era
increíble. Fue lo que me puso en los ojos de mi país y después del mundo, eso
me sacó de las calles.
Pero el rap, los raperos son como
un búmeran: siempre regresan a sus orígenes, a las calles donde caminaron las
historias que después convierten en protesta o denuncia, apología o deseo vehemente,
catarsis. Por estos días, leo en los diarios que Alerta Kamarada, Skampida,
Junior Sambo, La Real Academia del Sonido, El Punto, Alto Grado, Diana Avella,
Jahia Uncan, Lucía Vargas, Karen Tovar y Psicoactivo, organizaron una tocada
para apoyar a los damnificados de Mocoa, en Putumayo, Colombia a causa de la
avalancha que sepultó casi veinte barrios. Ras Jahonnan, Yoky Barrios, Flaco
Flow y Melalina, Aerophon, Big Mancilla y Samurái cantaron con el propósito de
recolectar alimentos.
El esfuerzo se hace, pero en
nuestros países la hazaña parece inalcanzable, una utopía. De nuevo pienso en
Eduardo Galeano cuando en Montevideo, a los treinta años, a finales de 1970,
escribió: “es mucha la podredumbre para arrojar al fondo del mar en el camino
de la reconstrucción de América Latina. Los despojados, los humillados, los
malditos tienen, ellos sí, en sus manos, la tarea. La causa nacional
latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina pueda
nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se
abren tiempos de rebelión y de cambio”.
¿Cómo percibes la situación en México?
̶ A menudo me preguntan cómo
veo la escena del rap y respondo que mejor que nunca. Pero si me preguntas por
el país, te digo que lo veo peor que nunca. Tal vez porque ahora soy más
consciente y maduro, me parece lamentable que aparezcan fosas con decenas de
cadáveres o que haya personajes del gobierno “desviando” millones de pesos ̶ porque así es como dicen, si yo robo
un pan es un robo, pero si ellos roban millones es desvío de fondos ̶ y que nadie diga nada. Tenemos un país rico en
todos aspectos: gastronomía, paisajes, cultura, folklore; sin embargo, la
narcocultura está acabando con eso. Ahora se habla más de los estudiantes
desaparecidos de Ayotzinapa que de las pirámides de Teotihuacan. Por eso,
quienes tenemos un micrófono debemos contribuir para hacer el cambio. La
sociedad sabe los problemas, pero vive manipulada y todavía repite la frase de
que “el PRI [Partido
Revolucionario Institucional] roba y te deja robar”.
En
Jalisco existen ochocientas pandillas aproximadamente,
hoy encendí el televisor, miré mi rostro y el de otros hombres
hoy encendí el televisor, miré mi rostro y el de otros hombres
el reportaje del día,
el reportero decía,
jóvenes marginados, agrupaciones,
pandillas de alto riesgo,
son o se hacen los ciegos…
el reportero decía,
jóvenes marginados, agrupaciones,
pandillas de alto riesgo,
son o se hacen los ciegos…
[C Kan, Somos de Barrio]
C Kan Casa de América © G. Serrano |
Café, un bocadillo, zumo de
naranja y una napolitana. Mientras desayuna en la cafetería de Casa de América,
aquí en Madrid, C Kan continúa la conversación apenas haciendo una pausa y sin
salirse del discurso, casi memorizado, que repite en sus canciones. Es claro al
expresarse y no titubea para decir que el actual presidente de México es un
títere de Carlos Salinas, el expresidente que gobernó de 1988 a 1994, quien sembró
en las mentes de los mexicanos la idea de que el país veía la luz al final del
tercermundismo y quien llevó a México a Europalia, en 1993, para dar prueba de
ello. El político, en fin, a quien la vox populi sigue acusando de fraude
electoral.
En esta charla los temas se entrelazan
y de los asuntos políticos pasamos a su gusto por la marihuana que puede
consumir con facilidad en Los Ángeles, California, pero no así en su país; hablamos
de la corrupción y eso lo lleva a recordar el documental Presunto Culpable
(2008) que narra la historia de José Antonio Zúñiga y el recorrido para
demostrar su inocencia. C Kan resume el estado de la nación con esta frase: “el
país está hecho una mierda”.
En cambio, dices que el rap está en su mejor momento…
̶ Sí, el rap siempre ha estado
presente. En los noventa la radio tocaba a Caló y Control Machete, que eran los
más conocidos, pero antes ya estaban Magisterio, Gente loca (Kraneo), los 69
lokos, Gamberroz. En la actualidad cualquiera se dice rapero…
¿Escuchas a otros raperos?
̶ Sí, claro. Admiro a Nach,
Ambkor, Zpu, Ice Cube. También a Los Aldeanos, que no se cansan de hablar de la
situación en Cuba. Soy parte de los raperos que llevan un mensaje social. En países
como El Salvador, Panamá o Nicaragua la escena todavía está underground, tienes que darte a la tarea
de buscar su música para conocerlos.
¿Cómo fue tu acercamiento al rap en España?
̶ En México, la década de los
noventa estuvo muy influenciada por el rap español, por artistas como los
Violadores del verso (Doble V), Rels B, SFDK, Chojin. Es gente que sigue
haciendo giras y llenando los foros de México.
Predominan los hombres, ¿hay machismo en el medio?
̶ Me agrada el flow de las mujeres en el rap. Está una
chica argentina que se llama Sara Hebe ̶
estos días traigo su playlist en la
cabeza ̶ y Gabylonia, de Venezuela. Igual sigo a
Mestiza MC, Neblina, Melymel. En México están Rabia Rivera, Leazzy y Ximbo.
Sucede como en el futbol, la liga es de los hombres, pero a mí me gusta mucho
el rap de las mujeres. No solo escucho rap, sino todo tipo de música. Me gustan
el ballenato, la cumbia, la música regional de banda o mariachi; recientemente,
una amiga me recomendó escuchar tango. Ahora mismo compongo temas para
cantantes de bachata y de banda. No me considero un artista, solo hago lo que
me nace. C Kan es como es: un rapero que ha roto los protocolos en México y ha
cantado con bandas de rock y de ska. La música no tiene fronteras.
Hablando de fronteras, ¿cómo es tu relación con los migrantes en
Estados Unidos que escuchan tu música?
̶ Con Joe [su
representante] trabajo desde hace doce o trece años, juntos formamos una
disquera independiente y gracias a su labor, cuando crucé ya había mucha gente
que me esperaba y conocía mi música, además están los paisas, la infinidad de
mexicanos. Hay lugares, como Los Ángeles, donde uno se siente en casa, ni
siquiera hablas inglés y puedes comer frijoles y tortillas. La mayoría de mi
público son latinos: salvadoreños, guatemaltecos, hondureños. Sin embargo, los
migrantes mexicanos esperaban una voz mexicana que los representara en el
género del rap, que llegara de México y se plantara en un escenario para hablar
de los problemas migratorios. Eso me ha convertido en un ícono porque hay
muchos raperos que hacen alusión al país, pero son chicanos y cobran en
dólares; en cambio, cuando ven mis videos, los migrantes se identifican con las
imágenes de lugares como Guadalajara o Michoacán.
En Estados Unidos están deportando
a generaciones anteriores de migrantes sin papeles, pero con hijos o nietos en
situación legal. Te hablo de familias que viven separadas a causa de las nuevas
políticas y de regresar al país, se traducirán en más mexicanos buscando
empleo. Son demasiados temas que la gente no toma en cuenta y tenemos que
hablar de ello. No conozco otro género musical que se tome tan en serio los
problemas sociales. En México, el rock lo hizo en su momento con grupos como el
TRI, también los Tigres del Norte, pero el rap siempre ha tenido la protesta
como bandera.
Yo tengo enemigos por defender
mis ideales,
amistades que se volvieron materiales,
un demonio a la izquierda que impulsa mis malas,
y un ángel a la derecha al que le corté las alas.
amistades que se volvieron materiales,
un demonio a la izquierda que impulsa mis malas,
y un ángel a la derecha al que le corté las alas.
[C Kan, La vida no la tienes
comprada]
Esta es su primera visita a
España que, confiesa, estaba loco por conocer. Viene a realizar una
colaboración con José Andrés Izquierdo o
Magic Magno, el rapero madrileño que pertenece a una nueva generación de
músicos españoles influenciados por ritmos que van del flamenco a lo más
latino, como el reggaetón. Al parecer, C Kan también tendrá un encuentro con
Pipo TI, a quien define como un artista mítico de reggae. Le pregunto qué sabe
de España y responde que muy poco, aunque todas las personas con las que ha
tenido trato han sido en extremo amables y le han hecho sentir de maravilla. No
obstante que el mundo se globaliza cada vez más, la información que tiene sobre
la crisis de refugiados, la guerra en Siria, el Brexit en Reino Unido o el
porcentaje de parados en España, es mínima.
̶ Todos los temas que afectan a
la humanidad deben importarnos, no solo a mí. Si no los toco, es porque no
tengo suficiente conocimiento, pero es ilógico que se gasten millones para
enviar fierros a la luna, mientras la vida aquí se está muriendo. En el coche
veníamos hablando de Akon, un artista estadounidense que estuvo en prisión ̶ su lema es Konvict Muzik ̶ ,
y al salir viajó a África para instalar paneles solares mediante el proyecto Akon Lighting Africa [Akon
iluminando África]. Necesito acercarme, estar en medio del sufrimiento para sentirlo.
Estarás pocos días en Madrid, ¿qué piensas hacer aparte de tus
compromisos profesionales?
̶ Vengo a conocer España. Quiero
caminar por sus calles y observar las construcciones. Sé que los españoles son
muy apegados a la cultura y todavía se dan tiempo para tomar el té y leer,
contrario a lo que sucede en México, donde la mayoría de los jóvenes quieren
ser blogueros o youtubers. Y mi ciudad, cada vez más, parece un pequeño Silicon
Valley. A lo que todavía no me acostumbro es a la comida, extraño el picante.
Aunque el Atlántico lo separa de
México, el pensamiento de C Kan está en su país y durante la entrevista regresa
continuamente a él. Ahora hace mención de Los Porkys, los jóvenes
pertenecientes a la élite mexicana acusados de agredir sexualmente y violar a
Daphne Fernández en el estado de Veracruz, en 2015. Como espuma de cerveza, el
caso se regó en la prensa internacional: Los Porkys huyeron y uno de ellos,
Diego Cruz Alonso, fue capturado en Madrid en mayo de 2016 y extraditado a
México donde un juez aprobó el amparo con el que logró su libertad.
̶ En España, el tema de Los
Porkys está en los diarios y eso es muy bueno, porque se debe que conocer en
otras partes del mundo y alzar la voz en pro de los mexicanos. Cuando voy a
Estados Unidos todos preguntan por México y la gente se impresiona con las
cosas que pasan. Los medios también contribuyen, CNN solo muestra imágenes de
cabezas colgando en un puente, pero yo les digo que México no es únicamente
hablar de violencia o de El Chapo y Peña Nieto.
En José Luis, la influencia de
Snoop Dog, el artista de Long Beach y representante del West Coast Rap, es
evidente. Recuerda que, al verlo, se maravillaba con la voluminosa y larga
cadena de oro que su ídolo lleva en el cuello, también con los pantalones
Jordan que C Kan ya no anhela porque los tiene, porque los puede comprar.
̶ ¿Por qué no? La gente sabe de
dónde venimos, es parte de lo real. Ahí está MC Davo, al que tachan de “fresa” [pijo]
por su forma de vestir y por cantarles a las niñas, pero no tiene nada de poser, es una de las personas más reales
que conozco. También está Danny Ahn, que usa skinny jeans porque ese es su
estilo y no aparenta ser lo que no es.
¿C Kan y José Luis son la misma persona?
̶ No. José Luis estaría en el baratillo,
en el tianguis, caminando por los barrios, por La Jalisco. Hubo un tiempo que C
Kan tuvo chofer y seguridad, pero yo prefiero estar solo, tomar la libreta y
escribir. Esas son mis raíces. Me gusta ser Luis y que me vean como uno más.
Cuando bajo a mi barrio los niños me saludan y hacen fiestas, ahí es donde
puedo estar tranquilo. C Kan es la figura pública y no puede hacerlo. Son
distintas personas. A veces quisiera haber sido luchador, para quitarme la
máscara y seguir con mi vida normal.
Después de este éxito, ¿qué te falta?, ¿qué está por venir?
̶ A nosotros nos falta difusión,
es la única queja. La música ya está hecha, solo necesitamos que los medios de
comunicación den a conocerla. Quiero hablar de diversos temas en mis canciones,
decirle a la gente, por ejemplo, que no debe preocuparse por el muro fronterizo;
es más, nosotros deberíamos construirlo para que no pasen armas a México ni construyan
más hoteles en nuestras playas. Ahora resulta que en Cancún tenemos que hablar
en inglés y pagar en dólares… Me preocupa el mundo en general. Estamos en 2017
y hay cosas que no puedo creer que todavía sucedan, como la guerra. Y es que
nos tienen tan hundidos, si no apagas la televisión no te das cuenta. Cuando
escuchan lo que digo, supongo que mucha gente debe decir “este loco tiene la
razón”.
…La calle exige coraje y
respeto,
quiso burlar y se murió en el intento,
te voy a dar dos balas si te encuentro,
seguro vas a quedar incompleto.
quiso burlar y se murió en el intento,
te voy a dar dos balas si te encuentro,
seguro vas a quedar incompleto.
[C Kan, Coraje y respeto]
En los lugares públicos, como un
parque de diversiones, el hijo de C Kan se extraña al ver a la gente alrededor
de quien es, sencillamente, su padre. Supone, imagina que alguien le hace fotos
porque le gustó la playera que lleva puesta. En esta ocasión, C Kan usa una
playera roja con la imagen del Rey León, el de la película, y la frase Hakuna
Matata. Y como Snoop Dog, también porta una cadena que tiene grabados su nombre
y fecha de nacimiento. Chaqueta azul, la típica colegial, lentes oscuros, una
gorra, unos jeans. Llegó a Madrid vía Los Ángeles y viene acompañado de su
equipo de trabajo, alrededor de seis personas.
Su producción más reciente es
Días de sol, un álbum “alegre y audible en el que también hay protesta” y con
el que intenta plasmar su disfrute de la vida y de esta prosperidad que desentona
con el pasado entre pandillas locales que
̶
comenta ̶
imitan el comportamiento, la vestimenta
y los códigos de las estadounidenses. Pero C Kan afirma que él no tiene
colores, solo representa a México. Y como que es más abierto, incluso escribe
canciones para mujeres porque ser rapero no le impide expresar sus sentimientos
y tener éxitos comerciales, como le ocurrió a Chubb Rock en los años noventa.
Ya sé que te perdí
porque el brillo que había en tus ojos yo lo apagué
y que soy el culpable de un corazón roto que marchité
y ahora que te vas no me atrevo a decir que te quedes aquí.
porque el brillo que había en tus ojos yo lo apagué
y que soy el culpable de un corazón roto que marchité
y ahora que te vas no me atrevo a decir que te quedes aquí.
No te merezco a ti
[C Kan, No te merezco ft.
Melodicow]
̶ Los raperos tocamos cualquier
tema, no solo gangsta rap. Hablamos de amor, de poesía, como Nach, que para mí
es un poeta. En Oaxaca, al sur de México, tienen mayor conocimiento de la
cultura y de la historia, por eso su forma de componer es tan distinta a la
nuestra, mucho más apegada al trap
que se hace en Estados Unidos.
Canciones que hablan de zorras,
de morras, de buenos culos y de tetas. Disparos, fama, mujeres y metralletas. Seudónimos
que aluden a cuerpos específicos y anécdotas indescifrables para el que escucha
desde fuera. Letras sin piedad, sin censura, sin demasiado argumento. C Kan
canta sobre “acabar en el infierno” y se las ingenia para hacer lo imposible: que
“miedo, sangre, esquinas, dolor” rimen con cualquier otra palabra. Desde sus
ojos, nos muestra un prontuario de la realidad mexicana de tal hostilidad, que
ni la música ni los efectos acústicos consiguen matizarla. En algunos videos,
pareciera que el caos generado por la guerra contra el narcotráfico es la nueva
diversión de una juventud excluida, abandonada en el gueto. En otros, da la
impresión de que esos mismos jóvenes quisieran ser alguien más, otra cosa, pero
no lo que son.
Esta vida me encanta, me
gusta,
la gente me juzga,
dicen que allá fuera los enemigos me buscan, pero no se luzcan que nada se buscan
yo vivo real, sus amenazas no asustan
la gente me juzga,
dicen que allá fuera los enemigos me buscan, pero no se luzcan que nada se buscan
yo vivo real, sus amenazas no asustan
[C Kan, Esta vida me encanta
ft. Zimple, Don Aero,]
José Luis, en contraste, es
amable y sonríe con mucha más frecuencia que C Kan en sus clips, en los que
predominan las miradas pesadas, desafiantes, producto de una sobredosis de
rabia y encono que a estas alturas aún no revela lo peor de sus secuelas. ¿Qué
representa este rap? ¿Una narrativa impuesta, la devaluación del raciocinio? ¿Es
una estrategia mercadológica o una llamada de auxilio que la sociedad y el
gobierno prefieren dejar para mañana? ¿Acaso liberación, un vómito del veneno
que hora tras hora ingiere un país entero? Para José Luis ha sido la forma de
sacar adelante a su familia, de que su hijo sienta orgullo y de honrar a sus
padres. Son sus cicatrices en la hipodermis, sus heridas expuestas, su
anarquismo, su soledad y su resistencia personal frente al sistema. También son
su esperanza y su deseo de crear, en lugar de destruir. Es el cielo encapotado
de la posverdad y los días de sol en un mundo fascinante, donde nos sentimos
desacomodados, que nos cuesta creer y que no comprendemos.
¿Qué le quieres decir a tus seguidores en México y a la gente en
España?
̶ A la gente de México: que se
puede llegar hasta aquí y que estoy agradecido con ellos y con mi tierra. A los
españoles: que se den la oportunidad de conocernos, de escuchar rap, a
cualquiera. Hay quienes aseguran que “si son raperos, son criminales”, pero no
es cierto. En diversas entrevistas solo me preguntan por qué me llamo C Kan, de
dónde soy y cuánto tiempo llevo rapeando, that’s
it. He pasado días enteros respondiendo las mismas preguntas y entonces soy
yo quien se pregunta ¿de verdad eres un reportero? Caray, con un tuit brindo
más información sobre mi música que la que aparece en los medios.
Entrevista originalmente publicada en Zero Grados.
C Kan © TEN |
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