Mexicanas que aman volar (I): Roxana Allison




Roxana Allison, todos los derechos reservados ©. 


In memoriam Berta Cáceres, activista hondureña.

De ninguna manera afirmo que haya otras mexicanas que no amen volar; quizás sí, no lo sé, cómo saberlo. Es solo que ellas, de quienes quiero hablarles, aman volar al modo de Clarice Lispector cuando manifiesta -con esa rabia tan apacible que desarma- “me puedes hasta empujar de un acantilado que yo voy a decir: ¿Qué más da? ¡Amo volar!”.  O cuando descubre que “crear de uno mismo un ser es muy serio” y agrega: “estoy creándome”. Pero son más las que, como Clarice o como ellas, de quienes quiero hablarles, hacen estallar su voz en el viento de muy diversas formas, aunque a veces la sociedad no quiera escucharlas, aunque alguien grite más fuerte para acallar la estruendosa potencia de su “felicidad diabólica” (Lispector dixit), aunque no aparezcan en las primeras planas de los periódicos como Hillary Clinton o Adele, aunque solo sean 250 de 17,000.

250 grafitis de 17,000 que hay en Egipto. 250, aproximadamente, en los que aparece representada la mujer. Esto lo documentó la periodista y fotógrafa sueca Mia Gröndahl para su libro “Revolución Grafiti: arte callejero del nuevo Egipto”.  250 muros, nada más, en un país donde el 99.3 por ciento de las mujeres ha sido víctima de acoso sexual de acuerdo con el reporte elaborado por Naciones Unidas (2013). Podría pensarse que se trata de una situación inusual y en un país africano con una arraigada cultura de exclusión hacia las mujeres, pero no es así. Pongamos otro caso: de acuerdo con la Asociación de Prensa de Madrid (APM), las profesionales sólo ocupan el 10.9 por ciento de los puestos de dirección en los medios impresos, el 7.8 por ciento en los audiovisuales y sólo el 3.9 por ciento de los responsables de contenidos en los medios digitales son mujeres.

Por ello es importante ver, lo cito como ejemplo, el documental “Hija de la Laguna” de Ernesto Cabellos Damián (premier mundial abril, 2015), para saber, para no olvidar quién es Nélida Ayai Chilón y cuál su lucha en la sierra norte del Perú. Y por ello, es necesario traer aquí las palabras de la cronista argentina Leila Guerriero cuando afirma que “en América Latina no hay nada más desigual que eso que llaman igualdad de género”. Ya sean fotógrafas en Suecia, grafiteras en Egipto, periodistas en España o agricultoras en la región andina, lo cierto es que la presencia -invisibilizada, pero indispensable y legítima- de las mujeres, día tras día adquiere mayor relevancia en todos los ámbitos del quehacer humano y en un momento histórico de fuertes cuestionamientos respecto a los roles de hombres y mujeres, de profesores y alumnos, de gobernantes y gobernados; en fin, del modo de vivir en y construir comunidad. 

Son tiempos que requieren compromiso y no silencio, nos dice Olga Rodríguez, columnista en El Diario (España), así que “es preciso buscar y saber reconocer quién y qué, en medio de este infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio”. Y al final de esta cita  incorpora una máxima, a menudo evadida por los grandes consorcios de comunicación alrededor del mundo: “El periodismo tiene mucho que aportar a este respecto”. Hacerlas durar y darles espacio es, precisamente, el propósito de hablar de ellas, de las mexicanas que aman volar. Mujeres águilas, cada una a su manera propia, batiendo sus alas y esforzándose por ganar cierta altura. Aves que en pleno vuelo aprovechan la fuerza de los vientos y se dejan llevar por ellos. Todas con el instinto fino para captar las corrientes de aire y aprovecharlas, a su favor.

Roxana Allison, todos los derechos reservados ©. 

La mirada de Roxana Allison (1980) es firme y penetrante, en sus ojos no cabe la duda. Su rostro de perfil, su nariz recta y bien delineada, se asemejan física y metafóricamente a los de David, la estatua esculpida por Miguel Ángel Buonarroti para representar al rey bíblico antes de enfrentarse a Goliat. Ella es artista visual graduada de la UNAM, una fotógrafa que nació en Reino Unido, creció en la Ciudad de México y ahora radica en Mánchester. De ahí que la panorámica que hace del mundo sea doble, de ida y vuelta. De ahí que su lente se enfoque en los desplazamientos culturales, las pertenencias, la memoria y la identidad. De ahí, también, que conozca a Grisel Alcántara, una inquieta chilanga que radica en Playa del Carmen, gestora cultural y el puente que me permitió llegar al trabajo fotográfico de Roxana.

Mexicans/UK, es la iniciativa más reciente a través de la cual intenta abrir camino para exponer las diversas contribuciones económicas y culturales de otros mexicanos en el extranjero, particularmente en Reino Unido. Pero aquí no queda el esmero, eliminar los estereotipos que existen sobre la cultura mexicana es uno más de sus cometidos porque sabe, por sus vivencias personales y las ajenas, que “miles de mexicanos viven alrededor del mundo, 11 mil de los cuales se encuentran en Reino Unido. Dejando atrás su tierra natal, por distintas razones, la mayoría regresarán a México, no todos. En su nuevo ambiente algunos se sienten como en casa, mientras hay quienes se perciben así mismos como una especie de exiliados que nunca terminan de asentarse”.

Roxana no vuela del todo sola, la acompaña Pablo (1981), su hermano también fotógrafo, graduado de la Universidad de Gales y cuyas imágenes han aparecido en publicaciones como Huffington Post, National Geographic y Vice Magazine. Bradford, Londres, Birmingham, Manchester, Liverpool, Ciudad de México y Denver, son algunas de las ciudades en las que esta dupla ha expuesto sus obras siendo parte de algún colectivo o en solitario. Mexicans/UK muestra la pluralidad de contextos e historias de vida de los mexicanos que conforman la comunidad de migrantes en este país insular de la Unión Europea. Si visitan el sitio, verán –entre otros- el rostro de Sergio (Puebla, 2015) y el de Antonio (Sonora, 2015), los mexicanos que llegaron a Londres siguiendo un amor; el poblano el de cierta chica y el sonorense, la música. 

Roxana Allison, todos los derechos reservados ©. 

También el de Claudia (Quintana Roo, 2015), la que atravesó el Atlántico para indagar qué había detrás de este inmenso océano y el de Jacquelín (Veracruz, 2015), quien lo hizo por la inseguridad que se vive en su estado. Claudia (Yucatán, 2015), estando lejos no olvida la celebración del Hanal Pixan, la tradicional comida que se ofrece a los muertos en la península, y Alonso (Durango, 2015), comenta que en su tierra la gente es amigable y sabe trabajar duro. Sus vidas son fragmentos del collage tornasol que Roxana y Pablo han ensamblado a modo de rastreo, de regreso al origen y también como una suerte de no negación o, si se prefiere, de indispensable autorretrato que les ha valido el reconocimiento de instituciones como la Universidad de Londres y la Oficina de Asuntos Científicos y Culturales de la Embajada de España.

“Descubriendo lo invisible: retratos de latinoamericanos en Reino Unido” es otra creación de los hermanos Allison. “Mujeres del bosque”, “Últimos días de magia”, “Siete años después” y “Deambulando-Berlín”, conforman los personalísimos encuadres de Roxana, mediante los cuales aprehende su realidad más próxima, la cotidianidad plasmada en objetos comunes, simples texturas, espacios interiores desocupados, escenarios rurales y paisajes tremendamente citadinos. La suya es una visión callejera, nómada, del que husmea queriendo producir sentido de lo que ve, que puede ser la camisa que alguien dejó colgada, una frase escrita en cierto muro, la sombra de una reja reflejada en el piso o una sencilla maceta. Facciones, ventanas, arbustos, banderas mexicanas, veredas, grafitis; Roxana sabe que todo comunica un mensaje, que se trata de signos tomando la forma de algo, o mejor, sustituyendo temporalmente a quien no está ahí, al sujeto, a la persona.

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Una amateur de la semiótica que en cada fotografía muestra su sistema de significación, su lenguaje, su discurso. Una mujer a quien no se le escapa el presente, el instante que antecede el acontecimiento. Tampoco lo que sucede en nuestro país, su problemática, que tanto ella como Pablo señalan al describir su proyecto: “México es bien identificado por su vasta y rica herencia cultural; sin embargo, por más de diez años se ha engarzado en una guerra contra las drogas que ya alcanzó elevados niveles de inseguridad y violencia convulsionando las vidas de los mexicanos. El sentimiento generalizado de quienes aparecen en Mexicans/UK es el de una pesada incertidumbre respecto al presente y futuro de la nación”.

Una que “en medio de este infierno, no es infierno”. Una que surca los aires por aquellas que les cortaron las alas, o por las que no se han dado cuenta que las poseen, o por las que, sabiéndolo, temen incluso aletear. Se llama Roxana Allison, una mexicana que no se achica frente al acantilado, que ama volar y lo está haciendo.

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Artículo originalmente publicado en Homozapping (México), el 4 de marzo de 2016  y Zero Grados (España) el 14 de diciembre de 2016.


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