EPISODIOS SONOROS - Pan con miga 3: No solo de pan
"Mi trozo de pan sólo me pertenece cuando sé que todos los demás tienen una parte, y que nadie se muere de hambre mientras yo como", León Tolstoi. |
Bienvenidos a este breve espacio que privilegia la voz humana frente a la imagen; la comunicación frente al ruido; la reflexión pausada frente a las respuestas o satisfacciones inmediatas; los vínculos comunitarios frente al individualismo. En fin, los sujetos frente a los productos. Esto es EPISODIOS SONOROS, un proyecto periodístico y cultural que surge a partir del trabajo cotidiano y las experiencias que derivan de tener una panadería artesanal en un barrio de Madrid.
GLORIA SERRANO
Cuando digo pan, ¿en qué pensamos?
El poeta mexicano Ramón López Velarde pensó en su Suave
Patria y escribió: “Tu barro suena a plata, y en tu puño su sonora miseria es
alcancía; y por las madrugadas del terruño, en calles como espejos, se vacía el
santo olor de la panadería”.
En 1954, el chileno, también poeta, Pablo Neruda dejó
plasmado esto en sus Odas elementales:
Pan,
qué fácil y qué profundo eres:
en la bandeja blanca de la panadería
se alargan tus hileras como utensilios,
platos o papeles,
y de pronto, la ola de la vida,
la conjunción del germen y del fuego,
creces, creces de pronto
como cintura, boca, senos,
colinas de la tierra, vidas.
Cierto día de agosto, Gabriel salió
de la panadería y se topó con un grupo de adolescentes que intentaban hacer
alguna jugarreta a cualquier persona que estuviera de paso por el barrio. Entre
estos chicos se encontraba uno que hace cinco años tenía diez u once y que
ahora tendrá quince o dieciséis. Entonces era un niño que todos los días nos
compraba una o dos barras de pan. A veces iba con su hermana menor, otras con
su perro. Yo solía llamarle “Mi niño favorito”, por el modo tan correcto, tan
educado con el que pedía y pagaba el pan.
Pues ese pequeño al que poco le falta para ser un joven, de inmediato
alertó a sus amigos con esta discreta frase que Gabriel alcanzó a
escuchar:
¡No, al señor no le hacemos nada,
porque es mi panadero!
Cuando digo pan, ¿en qué pensamos?
Yo pienso en este chico y en conceptos como comunidad o sentido de pertenencia.
Pienso en “las costuras comunitarias” a las que se refiere la investigadora
Remedios Zafra, pienso en el individualismo frente a los vínculos, cada vez
menos frecuentes y duraderos, que logramos hacer con otros. Y pienso, igual que
Neruda, en el pan como metáfora de la vida, pues ambos son acciones del ser
humano y necesitan de la conjunción de germen y fuego para crecer, para
transformarse en algo más grande como la belleza, el amor o cuidar de nuestro
panadero.
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