Soy un anciano, ¿todavía me ves?
Templo de Debod, Madrid 2018 © G. Serrano
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Artículo publicado en
"El pasado nos dice quiénes somos. Sin él, perdemos nuestra identidad", Stephen Hawking
— La semana pasada le dije “Japi Niu Yer”
[Happy New Year] a mi vecino chino,
pues es lo que celebran allá en su país, y se echó a reír. Los dos nos echamos
a reír.
Llevo un rato observando, escuchando su conversación desde otra mesa, en el lado opuesto. Son tres amigos, tres ancianos que toman café en una terraza cubierta en el barrio de Aluche, en el distrito Latina de Madrid. Erráticos en los temas que les ocupan, saltan de la religión a la política mientras mis dedos se aceleran para anotar la mayor cantidad de oraciones posibles:
— Qué lío se traen con el feminismo. Ahora tendremos que decir
pueblos y pueblas…
— Mi hijo se la pasa en el Facebook y le está haciendo mucho daño,
todas las cosas que dice las saca de ahí.
— La tecnología es tan grande. Dentro de pronto le vas a decir al coche
que te lleve a un lugar y te va a llevar. Y está eso de la inteligencia artificial que ya no sé qué es.
— El avance es tan brutal…
— Cuando éramos chavales nos
asombrábamos de los avances en la aviación, en el cine. Lo que conocimos como
tecnología se redujo a una cosa chiquitita que lo regula todo.
— Es que nos hemos hecho viejos, no viviremos cincuenta años más para ver
el desarrollo.
— A mí, con la tableta que regalan los nietos me ha dado por escuchar música en
YouTube. Estoy escuchando muchas
canciones de la guerra, el Cara al sol
entero. Imagínense, con esa cajita que no está enchufada a nada, pero como
tengo el Wifi.
— Hay un programa para bajar toda la música que quieras…
— Sí, también he visto películas de Cantinflas, era un tío
fenomenal, todas sus películas tienen un trasfondo
social.
Templo de Debod, Madrid 2018 © G. Serrano
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El periodista Eugenio
Scalfari define su oficio como “gente
que le dice a la gente lo que le pasa a la gente”. En buena medida, esta
frase sintetiza los motivos que me tienen aquí: sentada, prestando atención a
lo que estos hombres comentan. Viendo en cada uno la Piedra Rosetta que puede
facilitar la comprensión de este puzle, del presente tal como lo conocemos. Pensando
que cada una de sus anécdotas, tan significativas, es la llave para abrir la
puerta entre las cosas conocidas y las desconocidas de la que hablaba William
Blake. Intentando construir un fragmento del relato del mundo desde la sutileza
de la realidad cotidiana y no desde la indiferencia del ordenador.
La brecha que nos aleja no es generacional ni tecnológica, sino emocional. A menudo subestimamos
los recuerdos que repiten hasta el infinito, pero les pedimos que pasen por los nietos al colegio y estamos listos para recibir su herencia. Con
ingenuidad, con torpeza decimos que cada día son más necios —o más cómicos— que son ellos quienes han perdido la noción
del tiempo. Y dejamos que su luz se apague en soledad —en calles sin peatones— o que mueran en el
aburrimiento de sus casas, hasta que la correspondencia acumulada o el olor
alertan a los vecinos de la ausencia. Y diseñamos robots para que los asistan
en el atardecer de sus vidas. Recién leí que en 2066 el treinta por ciento de la
población española estará constituida por mayores de 65 años, casi el doble que
en 2017.
VIDEO: El baile de los años
Nosotros —distraídos con algoritmos, alienados por el consumismo o llenos de
soberbia— en la urgencia por descubrir
qué más sucederá a lo largo de este siglo, olvidamos que los ancianos —al estilo
de Whitman— han hecho un alto en alguna parte para esperarnos y compartir los
saberes que adquirieron después de haber mirado tanto. Esperan que las
siguientes generaciones degustemos su experiencia añejada largamente, resultado de algo insustituible: vivir.
Esperan por pensiones dignas. Esperan en las plazas, en los parques, en el sofá
de la sala, en silla de ruedas, frente al televisor. Hoy lo hicieron aquí, en la
quietud de una tarde todavía de invierno, ocultando su extraordinaria belleza
en la normalidad de una cafetería cualquiera que podría ser la de cualquier
ciudad. Para notarlo, solo es preciso detenerse y mirar. Pero mirar dos veces,
mirar mejor.
El periodismo está en la calle. La lucha por mejorar las pensiones en imágenes:
Protesta en Puerta del Sol, Madrid © G. Serrano |
Distrito de Villaverde, Madrid © G. Serrano |
El periodismo como una curaduría de contenidos dentro y fuera de la red. Estos son otros enlaces que también recomiendo revisar:
- Actualización (27 de marzo 2019): Los abuelos, excluidos de la sanidad pública (Público).
- Actualización (20 de marzo 2019): Viejos (Leila Guerriero, El País).
- Actualización (13 de enero 2019): Genera filosofía, proyecto educativo con jubilados. (El País).
- Actualización (11 de enero 2019): Un robot entre mayores.
- Actualización (04 de noviembre 2018): Viaje al país de la nueva soledad.
- Actualización (03 de noviembre 2018): Zora, el robot que cuida de ancianos (The New York Times en español).
- Actualización (28 de octubre 2018): Amigas con 68 años de diferencia.
- Actualización (11 de octubre 2018): España tendrá cada vez más dependientes y menos personas cuidadoras.
- Actualización (13 de agosto 2018): La seguridad social necesita más de cinco millones de inmigrantes.
- Actualización (15 de mayo 2018): El invierno demográfico de la Unión Europea.
- El #MeToo de las abuelas.
- No es un capricho de ancianos cascarrabias.
- Los pensionistas se echan a la calle bajo la lluvia para protestar contra el gobierno.
- La principal contribución de los abuelos en España: ayuda económica.
Interesante y bueno a la vez. Me ha gustado su lectura.
ResponderEliminarGracias por visitar el blog, Rafa. Espero que nos encontremos por aquí en más de una ocasión. Este espacio se nutre con los comentarios de todos. Saludos!
EliminarMuy curioso e interesante y, casualidades de la vida, es un tema en el que estaba meditando estos días... Cómo la esperanza de vida es cada vez mayor, pero nos falta algo, quizás la humanidad que hemos ido perdiendo por el camino del progreso aparentemente imparable, para saber gestionar eso, cómo convivir con una población cada vez más envejecida, que tienen tanto que enseñarnos, de los que tenemos tanto que aprender. Pero para eso antes, como bien escribes, hay que aprender a mirar mejor.
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario, Ana. Es un tema presente, pero del que se habla poco (quizás porque lo obviamos y en medio están otras preocupaciones), pero la calidad de vida de las personas mayores es un asunto que no podemos dejar de lado por diversas razones. Además, está todo el aprendizaje sobre distintos temas que podemos extraer de su historia personal para socializarlos y nutrir nuestra propia experiencia. Más que crear o producir, pienso que a las sociedades actuales nos corresponde preservar la belleza del mundo. Escuchar a los ancianos, prestarles atención y cuidados es un buen comienzo. Saludos!
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