Soledad, salud y cuidados: ¿Hacia dónde vamos?


Exposición La NO Comunidad. A modo de ensayo sobre la soledad en el tardocapitalismo. Fotografía: G. Serrano.

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“Un hombre aislado se siente débil, y lo es”.
Concepción Arenal 

El tráfico constante en la Gran Vía. La instalación de decorados navideños en las avenidas. Los residentes yendo y viniendo por las aceras repletas de turistas. Los patinetes en cualquier parte. Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas. Cuatro filmes de actualidad: Daniel Blake (Reino Unido, 2016), Locas de alegría (Italia, 2016), Sin amor (Rusia, 2017), The Square (Suecia, 2017). Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas. El cuchicheo en las cafeterías. Las cobijas húmedas y grises de las personas sintecho, durmiendo entre cartones. Las compras inacabables en el Primark. La comida rápida que envenena despacio. Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas

Los cuidados: invisibilizados, negados, tan vulnerables. El programa piloto en los barrios de Trafalgar y Almenara para detectar y acompañar a personas que se sienten solas. La noticia acerca del cadáver de una mujer en Bilbao que permaneció ocho años sin ser descubierto. La campaña de sensibilización para que los jóvenes se acerquen a los viejos —en su mayoría, mujeres de más de 65 años según datos del INE. Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas. Cuatro textos que describen el malestar en estos tiempos: De la innovación política a la resiliencia ciudadana (Asuntos del Sur), Robótico, demasiado robótico (El Espectador), La última invitación de Bauman a encontrarse con el otro (ethic), La expulsión de lo distinto (ethic). Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas

El Foro Internacional sobre la soledad, la salud y los cuidados que se celebrará en Madrid del 21 al 23 de noviembre. El 9 por ciento de los mayores de 18 años que se sienten solos. El 58 por ciento de estos que perciben su salud como regular, mala o muy mala. Los 4 millones de españoles, en general, que indica la investigación de Análisis Sociológicos, Económicos y Políticos (ASEP. 2015). Las palabras de Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid: “Iniciativas de este tipo, impulsadas desde el ámbito local, comprenden el papel de las ciudades en una lógica de nuevo paradigma que sitúa al ciudadano/a, y la respuesta a sus necesidades y demandas, en el centro de las políticas públicas municipales”. Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas

Los perros que son tratados mejor que un indigente, como lo documenta Tamsen Courtenay en The Guardian. La pésima calidad alimentaria en algunas residencias para ancianos, como recién evidenció el chef Alberto Chicote en un programa de televisión que batió récords de audiencia. El 20 por ciento de los adultos mayores que habitan viviendas precarias, como señala un artículo de El País basado en los estudios de la Caixa. La “uberización” de los cuidados en España que analiza Juan Ramón Jiménez García en El Salto. Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas.

Exposición La NO Comunidad. A modo de ensayo sobre la soledad en el tardocapitalismo. Fotografía: G. Serrano.

La idea de no pertenencia y la ruptura del vínculo social que padecemos y no sabemos cómo interpretar. El video que muestra a un hombre cocinando teléfonos móviles, muñecas Barbie. La imagen del transexual con la mirada abandonada en un vaso de refresco. La instalación de Rafael Lozano Hemmer para conmemorar el asesinato de 43 estudiantes de Ayotzinapa, en México. La instalación de Cristina Lucas que compone un texto formado con mensajes publicitarios: “Practica el yoismo” (Hornimans), “Lo mejor para el hombre” (Gillete), “Único en el mundo” (Jamón de Guijuelo), “Porque yo lo valgo” (L’Oreal). Y la estridente soledad de las sociedades contemporáneas

En todo esto pensé cuando visité la exposición La NO Comunidad, distintas miradas artísticas “a modo de ensayo sobre la soledad en el tardocapitalismo”, que se presenta del 26 de octubre de 2018 al 27 de enero de 2019 en CentroCentro, el espacio cultural al interior del Palacio de Cibeles en Madrid. Algo estamos haciendo mal, me dije al salir. Algo no hemos entendido todavía, me repito cada vez que camino por las calles de esta capital o cuando escucho las conversaciones en mi barrio. Entonces pienso que necesitamos con urgencia dejar de ser esta absurda Babel digitalizada y, como sugirió Jacques Derrida, transformar cada rincón en ese lugar donde “el deseo pueda reconocerse a sí mismo, donde pueda habitar”. José Fariña, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, considera que el diseño de la ciudad puede contribuir a la soledad o a reducirla. Atender, o no, al mensaje de artistas y creadores, también. Una acción tan antigua y elemental como acercarse, aproximarse a otros seres humanos seguramente haría la diferencia, ¿no creen?

Fotografía: G. Serrano.

Libro recomendado:

Lecturas sugeridas:
Zora, el robot que cuida de ancianos (The New York Times en español).

"Abandonar la pelea en los terrenos de la vida cotidiana, en favor de la conquista del poder, ha dejado vía libre a las pasiones tristes de las que se alimenta la derechización social". 




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