Ciudadanía: noticias de millones de artesanos (I)
Rastro de Madrid en el barrio de La Latina. 2018 © G. Serrano |
JORNADAS DE CULTURA Y GÉNERO
PRESENTACIÓN DE LIBRO SOBRE DERECHOS HUMANOS
HACKATON DE INNOVACIÓN CIUDADANA
CROWDFUNDING SOLIDARIO PARA MUJERES SIRIAS REFUGIADAS
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Escribió Alessandro Baricco en Homero, Ilidada (2004):
“Se considera la guerra un mal
que hay que evitar, es cierto, pero se está muy lejos de considerarla un mal
absoluto: a la primera ocasión, revestida de hermosos ideales, entrar en guerra
se convierte rápidamente en una opción factible. A veces, incluso suele
elegirse con cierto orgullo. Siguen estrellándose las falenas con la luz del
fuego. Una real, profética y valiente ambición por la paz yo la veo únicamente
en el trabajo paciente y escondido de millones de artesanos que cada día
trabajan para suscitar otra belleza, y la claridad de luces, límpidas, que no
matan. Es una empresa utópica, que presupone una vertiginosa confianza en el
hombre”.
De esto quiero hablarles, del
“trabajo paciente y escondido de millones de artesanos” que a diario y con insistencia promueven la paz que
mantiene nuestras vidas. Proyectos de toda índole que, desconocidos o ignorados,
sin que percibamos el hilo que los une y aunque no sean de interés para los grandes medios, son
un ejemplo de organización colectiva, participación ciudadana y, en primera
instancia, de esperanza en la humanidad en un momento histórico incierto en el
que somos testigos y protagonistas de hechos antes inimaginables —algunos apocalípticos— que ponen en duda las libertades individuales
y la seguridad aparentemente conquistadas a lo largo del siglo XX.
Ciudadanía: noticias de
millones de artesanos es una sección en este blog de periodismo que, a
manera de una curaduría de contenidos dentro y fuera de la red, intenta
mostrar los esfuerzos de quienes generan otra
belleza a través de numerosas acciones, opacadas a menudo por las noticias "urgentes" o de "último minuto". Entre ellas:
Uno: El trabajo de Culturaneas en el barrio de Lavapiés
Por estos
días Lavapiés es una palabra, el nombre de un barrio madrileño del
que se comenta mucho —en las calles, en los medios, en las redes sociales—
debido a la muerte por un paro cardiaco de Mame Mbaye Ndiaye, un joven de
origen senegalés que era vendedor ambulante; es decir, que era migrante,
africano y sin papeles, “mantero”, como algunos les llaman. Su historia, el
dolor de quienes lo conocían, las circunstancias en que perdió la vida y
los disturbios
que estas derivaron, hicieron que se desentumecieran las protestas por las
condiciones de marginación que enfrentan estos y otros migrantes desde su llegada a
territorio español.
A diestra y siniestra, tuiteros y
periodistas se abalanzaron a difundir mensajes sentenciosos para hacer catarsis
por el encono que provocan —o deberían provocar— los no lugares, los sitios
donde se trata a la gente como no personas. Mensajes que, la mayoría de las
veces, lo único que hacen es favorecer la polarización de una sociedad ya de
por sí dividida en víctimas y victimarios, en justos y pecadores, en vencedores
y vencidos. Se trata de fuegos fatuos, llamitas que ni iluminan ni calientan,
pero vaya que fijan tendencias, manipulan a la opinión pública enardecida y,
por supuesto, generan clickbaits o ciber anzuelos en una época en la
que resulta más vendible señalar con prontitud las brechas que nos separan
a investigar con dilación cuáles son los hilos que nos unen.
Pero en Lavapiés también pasan
otras cosas, más de lo que se ve a simple vista y más de lo que filtran los medios. El 16 y 17 de marzo, Culturaneas y LANAU Espacio Creativo organizaron
las jornadas #Cultura
#Igualdad #Diversidad: #DesmontandoLosMitos. Ahí estuvieron presentes diversos
profesionales del ámbito cultural para hablar de los compromisos y retos
al momento de realizar actividades culturales incluyentes, para todas y
todos. Se conversó sobre educación, planes, proyectos, cooperación
internacional, desarrollo social, bienes comunes, nuevos emprendimientos y
nuevas tecnologías. En distintas mesas de reflexión se visibilizó el trabajo de
creadoras en las periferias y de asociaciones de mujeres que acompañan a otras
mujeres en su lucha por lograr la equidad.
[Lee "No basta con consumir cultura, hay que producirla", el trabajo educativo del colectivo Akántaros]
Mesa Formación y trabajo de los profesionales de la cultura en planes, programas, proyectos y programaciones igualitarias y libres de violencias simbólicas , Madrid 2018 © G. Serrano |
Encarna Díaz es la gestora
cultural que organizó este evento y —con sus propios recursos— convocó a la
comunidad para repensar la cultura con enfoque de género. Un asunto que
permitió a los asistentes escucharse entre sí, gestionar las diferencias en la
aplicación de conceptos, así como conocer los esfuerzos que, más allá
del Día Internacional de la Mujer, se llevan a cabo en la cotidianidad para
producir, llevar, traer, permear la cultura en distintos espacios urbanos y
rurales. Mujeres en las artes escénicas, en las visuales, en el activismo,
en la academia, en las grandes ciudades, en los pequeños poblados del campo,
expusieron sus iniciativas y compartieron cómo ha sido el proceso de
convertirse en “hacedoras de cultura” desde el feminismo.
Texto publicado en:
Presentación del libro "La Lucha", Barrio de Lavapiés, Madrid 2018 © G. Serrano |
Dos: #La Lucha y #DefenderAQuienDefiende
El 19 de marzo en Espacio
ECOO se presentó “La Lucha”, novela gráfica de no ficción
sobre la defensa de los derechos humanos en México. La mexicana Ruth
Guerrero, directora actual del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres
(CEDEHM); María San Martín, miembro de Front Line Defenders; y June Fernández, coordinadora de Píkara Magazine (España), fueron
las encargadas de poner al tanto a los asistentes sobre la trayectoria de
una defensora en específico, Luz Estela Castro Rodríguez (Chihuahua,
1952), activista y fundadora de este centro que se dedica a brindar apoyo a las
familias de mujeres víctimas de feminicidio y a generar entornos libres de
violencia. Su hija, Liliana Aragón, también acudió a la cita para
compartir otros aspectos del trabajo que Lucha Castro —como se le conoce—
viene realizando desde hace varios años.
“Todo pasa, encadenándose de
norte a sur como las parras en primavera: una manifestación de pensionistas
masiva, una manifestación feminista masiva, una manifestación de migrantes
masiva”, escribió en su columna de opinión la periodista Gabriela Wiener. Y es
cierto, tanto las problemáticas como las soluciones son transversales, nos
tocan: pasan por lo personal, lo familiar y lo local hasta convertirse en temas
de repercusión global.
"La Lucha", © G. Serrano |
Esta no es la excepción. Escrito e ilustrado por
Jon Sack y editado por Adam Shapiro, "La lucha" son historias,
testimonios, voces, narrativas no excluyentes en un lenguaje de cómic que
pretenden llegar a una audiencia más amplia para reconocer, en una, a muchas mujeres que —lejos de los reflectores internacionales— dignifican a
las más vulnerables a pesar del hostigamiento constante que enfrentan. Reconocimiento al que se ha sumado Píkara Magazine, y en particular June
Fernández al aventurarse —con humildad, dijo— a la redacción del prólogo en su
versión española.
Texto publicado en:
Hackaton en el Instituto Do it yourself, Barrio de Vallecas, Madrid 2018 © G. Serrano |
Tres: Hackaton. Ciudadanía activa y aprendizaje no formal
(Con información de Santiago López, Comunicación IDYS).
Más alejado del centro de Madrid,
en el barrio de Vallecas, del 5 al 7 de abril se realizó el Hackaton “Ciudadanía
activa y aprendizaje no formal”, una propuesta del Instituto Do it yourself (IDYS)
integrado por ciudadanos que se hicieron una pregunta sencilla, pero compleja al momento de responder:
¿Se puede aprender a hacer ciudad?
A partir de esta
interrogante fue que realizaron la convocatoria para socializar experiencias en torno cuatro grandes
temas:
Diagnósticos participativos
Diseño colaborativo
Construcción colectiva
Modelos de gestión
Su objetivo, “abrir una
investigación colectiva desde la cual contribuir a la reflexión y la
apropiación de herramientas prácticas sobre los procesos de aprendizaje de la
ciudadanía activa”. Además, “profundizar sobre aprendizaje no formal y
compartir herramientas y metodologías, formalizando el desarrollo de
conocimientos, destrezas y habilidades que provocan una transición hacia los
modelos de aprendizaje basados en la resiliencia”. Por último: “contribuir
al debate abierto sobre modelos pedagógicos alternativos, la proliferación de
escuelas libres y los procesos de autoaprendizaje que nacen de demandas
ciudadanas”.
Hackaton en el Instituto Do it yourself, Barrio de Vallecas, Madrid 2018 © IDYS |
Durante las actividades se
presentaron diversos expertos en cada tema y colectivos que compartieron sus aprendizajes e
hicieron planteamientos sobre las formas actuales de organización ciudadana desde
los barrios, en las calles, entre todos y para dar respuesta a los problemas o
necesidades de la comunidad.
En este enlace al Hackaton puedes encontrar la información completa del evento (incluidas las retransmisiones de cada sesión) y contactar al grupo de trabajo.
Cuatro: Gente a favor
de gente: URDA España y Las Mujeres de Aaramoun
(Con información de Ignacio González, URDA España).
(Con información de Ignacio González, URDA España).
“El problema es que este debate no puede ser ganado con estadísticas
(…) eso no cambiará la actitud de las personas. Hay que hacerlo a través de
historias, humanizando a los refugiados sin rostro. Tenemos que mostrar sus
nombres, sus caras, sus miedos, sus ambiciones, sus amores y de qué están
huyendo”. Owen Jones, columnista en The Guardian.
URDA España es
“una asociación sin ánimo de lucro que dedica su conocimiento y toda su energía
a defender y devolver los derechos y las oportunidades de una vida digna a
colectivos especialmente vulnerables como los refugiados, desplazados o
afectados por conflictos bélicos o catástrofes naturales”.
Recién acaba de lanzar una
campaña de Crowdfunding Solidario para conseguir los recursos económicos que
les permitan publicar el libro colectivo Las Mujeres de Aaramoun con ilustraciones realizadas
por mujeres sirias refugiadas en el Campo de Refugiados de Aaramoun, en Líbano. La
campaña ha sido lanzada a través de VERKAMI y ahora solicitan la ayuda
de la comunidad internacional para difundir el proyecto y dar voz a estas
mujeres.
Mujeres de Aaramoun © URDA España |
En el verano de 2017, un grupo de
colaboradores de la organización, acompañados por la ilustradora Irlanda
Tambascio, viajaron al Líbano para impartir un taller de dibujo a mujeres
refugiadas sirias con el objetivo de utilizar el poder curativo del dibujo para
ayudarles a expresar su dolor, y con sus ilustraciones realizar un libro
colectivo sobre su éxodo. Durante la experiencia se dieron
cuenta de que el propio encuentro con su cultura había sido tan enriquecedor
como el relato en imágenes que ellas mismas habían trazado. Con el taller de
dibujo como hilo conductor, cargado de emociones y sentimiento, el libro cuenta
las vivencias de las mujeres y niñas sirias huyendo del horror de la guerra y
sus anhelos de reconstruir sus vidas.
Panadera, costurera, cocinera,
ama de casa o estudiante, como Aya. Ellas son las protagonistas de este
libro. Llegaron al Líbano en 2012, huyendo de la guerra en Siria. Sus
edades comprenden entre los 17 y los 60 años. Además de vivir el conflicto en
su país de origen, a todas les une el haber pasado por alguna tragedia
particular que las coloca en una mayor situación de vulnerabilidad. Aaramoun es un Campo de
Refugiados singular, se trata de un complejo de viviendas situado a unos 8
kilómetros de Beirut donde habitan 35 familias refugiadas (200 personas aproximadamente)
en situación de especial vulnerabilidad. La mayoría de las mujeres que allí
viven han sido violadas, maltratadas, víctimas de trata o explotación sexual, y
además han perdido a algún ser querido durante la sangrienta guerra en Siria.
¿En qué utilizaran el dinero
recaudado? Si llegan a 6.500 euros realizarán una tirada mínima de libros
y darán a conocer el proyecto. Si superan la meta, destinarán todo el
dinero recaudado al desarrollo de los proyectos ya existentes en
Aaramoun: La Panadería Solidaria y el Taller de Costura, con
el objetivo de empoderar a las mujeres refugiadas y ofrecerles un medio de vida
e independencia.
Apunte final, pensando en voz alta:
Los cuatro casos anteriores no
son iniciativas aisladas ni estériles, por el contrario, se trata de oportunidades para el encuentro entre ciudadanos que, insisto, buscan mejorar su entorno mediante distintos mecanismos con una misma base: contagiar y documentar el apoyo mutuo. En el contexto en que nos encontramos, cada una de estas manifestaciones es música en medio del ruido, imaginación liberada y puesta al servicio de quien la quiera tomar. Pensemos que, si bien
las protestas en las calles sirven de termómetro social y con rapidez
encienden la chispa del entusiasmo colectivo, es imprescindible asumir que cualquier
transformación requiere no tanto de trending topics espectaculares, sino de realizar tareas conjuntas de manera generosa y permanente. Como solía decir el escritor Eduardo Galeano, precisamos de
una ecuación muy sencilla: “Gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas
pequeñas” o “un mar de fueguitos” de los que sí
pueden cambiar la realidad. O, al menos, hacer que sea más digna y no solo soportable.
El periodismo es una conversación, no olvides dejar tus comentarios.
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