Pública 16: la cultura de ida y vuelta
© G.
Serrano.
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A la efervescente Plaza de
Lavapiés llega el minibús M1 que pasa por las plazas de Olivar, Tirso de
Molina, Jacinto Benavente, Matute, Santa Ana y Canalejas, antes de llegar a su
último destino: Puerta del Sol-Sevilla. La gente aborda. En el trayecto, dos
mujeres comentan resueltas cuáles son los mercados en los que prefieren hacer
las compras, mientras un chico -dubitativo como todo aquel que desconoce el laberíntico
Madrid callejero- observa inquieto el camino y pregunta a otro pasajero si esta
ruta lo lleva a Puerta del Sol. Unos suben y otros bajan, cada parada es como
cerrar un libro que no se termina de leer, un observar distante lo que siempre
está cercano, el sístole y diástole de una metrópoli que se repite y se
reinventa día tras día.
El tiempo transcurre.
Desciendo y camino unos metros, entre el ininterrumpido paso de los transeúntes
y en medio de un frío pendenciero que intenta pegarse al cuerpo, que tiene las
de ganar si no se usa la ropa adecuada para un invierno madrileño, si no se bebe
despacio un café o se paladea un chocolate caliente con churros y, también, si
no se conversa con los amigos en un bar. Mi caminar termina en el Círculo de
Bellas Artes, sitio donde se realiza la sexta edición de Pública 16: Encuentros
Internacionales de Gestión Cultural, la cita anual a la que convoca la Fundación Contemporánea para dialogar,
intercambiar experiencias y controvertir sobre ese magma que emerge con fuerza del
interior de las sociedades, compuesto por una mezcla de saberes heredados,
conocimientos adquiridos y creatividad detonante: la cultura.
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En la Sala Valle Inclán se
presenta Katherine Watson, Directora de la Fundación Europea de la Cultura
(EFC), la que inicia refiriéndose al trabajo en MediaLab Prado Madrid como “un
ejemplo de innovación y un espacio de intersecciones y oportunidades”, que
precisamente este año recibirá el “EFC
Princess Margriet Award for Culture”. Katherine es concisa, pero
contundente. Explica que la EFC es una facilitadora de procesos culturales que,
si bien está en una posición privilegiada, también tiene una gran
responsabilidad. Indica, además, que la cultura no se limita solo a las artes,
sino a todos los aspectos de la vida humana. “La cultura no resuelve todos los
problemas, pero debe desempeñar un papel fundamental en la búsqueda de
soluciones”, afirma.
Continúa argumentando que hoy
la cultura atraviesa por distintas intersecciones, entre ellas: la interlocal,
que involucra el barrio y la ciudad; la intergeneracional que nos obliga a
aprender unos de otros, aunque tengamos contextos distintos; la intersectorial,
esos nudos constantes entre lo público, lo privado y lo institucional; y la
interexperiencial, que tiene en Internet un gran aliado para propiciar
acercamientos improbables. También comenta que nuestra mayor fortaleza social
está en estos encuentros, lo que impone a organismos, colectivos y personas el abrir
sus fronteras para llevar una idea más lejos de lo que supone en un inicio. Por
ello, afirma, debe existir un vínculo indisoluble entre las políticas públicas
y las prácticas cotidianas.
Estar conscientes de nuestra
interdependencia, no polarizar la cultura ni separarla de lo que hacemos a
diario y, mejor aún, convertirla en un soporte para las diversas luchas
sociales, son algunos de los aspectos que resalta durante esta charla que concluye
para dar paso a una breve sesión de preguntas por parte de los asistentes.
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Enseguida, en la Sala Ramón
Gómez de la Serna, está a punto de comenzar la conferencia “El auge de las revistas digitales en España: contenidos públicos y
formatos”. Ángel Fernández Recuero, Cofundador y Editor de Jot Down
Magazine; Marta Gómez, Directora de masdearte.com, y Alan Queipo, Redactor Jefe
de Notodo.com, están aquí, más que para hablar del tema, para relatar cómo ha
sido el vericueto de ingresar -y sobrevivir- al periodismo digital que informa
la cultura. Ofrecer una amplia gama de productos, financiar las publicaciones a
través del branded content o
contenidos patrocinados, hacer uso del newsletter
(publicación digital informativa que se envía por correo electrónico) y
destacar las cuestiones que no tiene cabida en los medios tradicionales, son
algunas de las luces que aportan a quienes desean convertirse en divulgadores
culturales 2.0.
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Más tarde, discreto y desenfadado,
llega el Productor Creativo de la Royal Opera House (ROH) de Reino Unido, Tom
Nelson, para ofrecer la atractiva conferencia “Nuevos contenidos para una audiencia mundial: el escenario se vuelve
digital”. Empezando por citar la frase de David Bowie “El mañana pertenece a quienes lo escuchan aproximarse” y “La curiosidad es la vida”, de Pierre
Boulez, este joven al que le centellean los ojos cuando habla de su ocupación, describe
la oferta cultural de la ROH y su paulatina evolución para adaptar la variedad
de contenidos al demandante universo digital. Cada vez más frecuentes, las
transmisiones en vivo son una muestra del uso de la tecnología para acercar al
público a los escenarios. Lo mismo sucede con los videos que se suben y
comparten en YouTube y con las 70
cámaras que permiten a los usuarios de la red apreciar un concierto desde
distintos ángulos.
“Nada se compara a un
espectáculo en vivo”, “el teatro es una experiencia viva”, “permitamos a las
audiencias adentrarse en los procesos”, “lo digital no se trata solo de vender
entradas” y “tomen riesgos, está bien equivocarse”, son las expresiones que,
como aguacero ininterrumpido, Tom emplea para dirigirse afablemente a un
público que lo escucha interesado. Su remate no puede ser mejor: “Intenten
contar una historia”, concluye.
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Al día siguiente, quienes
acudieron a Pública 16 tuvieron
oportunidad de escuchar a un cáustico ponente, Eduardo Lazcano, Director de División
en The Vallue, que no titubeó un instante para abordar las repetidas
discrepancias, la pimienta y la sal que sazonan el embrollado matrimonio de la
cultura y la mercadotecnia. Pero el suyo no fue un lamento, sino un intento de
mediación, de hallar armonía cuando lo que se pretende con esta dupla es
comunicar y ofertar determinado acto o manifestación cultural. Cincuenta
minutos después, Cristina Farinha, Directora Ejecutiva de ADDICT, Agencia para
el Desarrollo de las Industrias Creativas, de Portugal, tomaría la palabra para
departir sobre los retos del desarrollo e internacionalización de las
industrias creativas en el norte de su país.
Con dinamismo y puntualidad,
Cristina detalló las estrategias que ADDICT utiliza para promover la cultura
entre los jóvenes, coordinarse con otras entidades y establecer redes de
cooperación dentro y fuera del marco institucional. Movilidad, flexibilidad,
adaptabilidad, autonomía, aprendizaje de larga duración, responsabilidad y
emprendedurismo, fueron las características que, dijo, exige el actual panorama
internacional, además de competencias relacionales como dominio del idioma
inglés y capacidad para manejar el conflicto. En suma, Cristina habló de nuevos
perfiles, prácticas y roles en la gestión cultural, que implican la creación de
equipos temporales de trabajo, la organización en colectivo y el
involucramiento en los sucesos políticos de la comunidad local, regional y global.
Para terminar, reseñó con
brevedad algunas de las actividades que llevan a cabo en Creative Hubs, los
espacios físicos concebidos como “puertos abiertos” y de estructura libre, que
tienen la función de conectar a la gente y generar relaciones, ya sea mediante
laboratorios de innovación, incubadoras de negocios o sencillas oficinas en las
que se comparten recursos, inspiración y, sobre todo, colaboraciones. “La idea
es dar forma al sector, aumentar las oportunidades y quitarle su naturaleza
fragmentada; es decir, alargar la cultura”, insistió.
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El repertorio humano y
temático de Pública 16 fue extenso y
surtido. Durante dos días, 28 y 29 de enero, se analizaron las políticas
culturales, se conocieron los objetivos de heterogéneas fundaciones y se reflexionó
sobre el presente y futuro de las industrias culturales en la región. También hubo
reuniones horizontales con expertos en distintas áreas, visitas profesionales a
centros culturales, talleres y presentaciones de proyectos para los que se
contó con el apoyo de Fundación Banco Sabadell. El flujo de participantes fue
constante y variopinto, como la cultura misma. El evento, por sí solo, bien
puede calificarse de exitoso; sin embargo, pienso, el auténtico desafío invariablemente
viene después y reclama una contribución superior en duración y esfuerzo.
Regreso a la parada Puerta del
Sol-Sevilla. Mientras espero la llegada del minibús M1, repaso las palabras y
los argumentos de cada uno de los ponentes. En mi pensamiento, sus voces se
mezclan con otras, las de los ciudadanos que van y vienen haciendo uso del
transporte público. Son los trabajadores que transitan por Madrid buscándose la
vida, los hombres y mujeres que utilizan su imaginación para estirar el dinero
y sus manos para cocinar o saludar al vecino. Los activistas de barrio que no
saben de tecnicismos, pero comprenden que la libertad de pensar y decir es un
derecho exigible; los ancianos que en el Parque del Retiro observan la existencia
y después la convierten en narraciones victoriosas o melancólicas, siempre
generosas y fantásticas.
Me refiero a la gente, así sin
más. Esos rostros a los que genéricamente llamamos audiencias o público o espectadores,
pero que en realidad son las pupilas que deseamos sorprender, los corazones que
anhelamos acelerar, las mentes que pretendemos azuzar y las sonrisas que
reiteradamente buscamos reventar con una puesta en escena vanguardista o
recordando una copla tradicional. No lo
sé de cierto, pero por lo que vi y escuché, supongo que Katherine, Ángel,
Marta, Alan, Tom, Eduardo y Cristina lo saben: es bueno aglutinar voluntades y debatir,
pero también, al menos aconsejable, es andar por vías y rondas, trasladarse en
metro o subirse a un autobús de pasajeros para escuchar de cerca el vigoroso
sonar de la humanidad y sentir, directo en la cara, el primer aliento de eso
que en esta ocasión nos congregó aquí, la cultura.
Artículo originalmente publicado en Zero Grados, el 3 de febrero de 2016.
Visita: http://www.zgrados.com/
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